El 30 de noviembre de 1803, en A Coruña, tuvo lugar el inicio de un viaje que cambiaría para siempre la historia de la vacunación. La 'Real Expedición Filantrópica' u 'Operación Balmis' fue la primera expedición sanitaria internacional, que además fue española. La misión tenía como objetivo inmunizar a gran parte de la población del antiguo Virreinato de Nueva Granada (actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), para frenar la epidemia de la viruela.
La pandemia del coronavirus ha recuperado el significado de la operación 'Balmis', ya que las Fuerzas Armadas españolas pusieron este nombre a la operación para luchar contra la Covid-19.
Según la Clínica Mayo, la viruela es una enfermedad contagiosa que puede "producir desfiguración y ser mortal", y ha afectado a los seres humanos durante al menos 3.000 años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio por erradicada la enfermedad oficialmente en 1980 tras una campaña de vacunación masiva. Alrededor de 300 millones de personas perdieron la vida en el siglo XX a causa de la viruela.
Esta enfermedad tocaba la fibra sensible del monarca de la época, pues la enfermedad había terminado con la vida de su pequeña hija, Maria Teresa, y también con la de su hermano Gabriel. Hay quien dice que fue el mismo alicantino, Francisco Javier de Balmis y Berenguer, quien convenció a Carlos IV para impulsar el viaje, y terminar con la epidemia que estaba afectando considerablemente el Imperio español. Es importante aclarar que este pionero de la ciencia era también el médico la familia real.
22 huérfanos
La corbeta María Pita fue la embarcación elegida para el viaje que dirigía Balmis con la ayuda de otro médico, el cirujano Josep Salvany. Las autoridades ya habían intentado en diversas ocasiones transportar la vacuna en buen estado hasta América Latina, pero nadie lo había hecho posible hasta el momento. En esos momentos, la vacuna contra la viruela ya existía y había sido probada con éxito en 1796 por el médico Edward Jenner. Pero tras varios intentos fallidos por transportarla en buen estado hasta la otra punta del mundo, a Balmis se le ocurrió un método muy ingenioso: transportarla a través de seres humanos ya inoculados.
Para este viaje se seleccionó a 22 niños huérfanos de Santiago y La Coruña menores de 10 años. Los niños fueron vacunados en parejas, y así se consiguió no perder la efectividad de la vacuna durante los tres años que duró la expedición.
El equipo de la Real Expedición Filantrópica tuvo que hacerse de nuevos niños en la antigua Nueva Granada. Los escritos que hay sobre el tema informan de que solo murió uno de ellos en el viaje, y se desconoce la causa concreta. Jamás volvieron a España porque una vez finalizó su misión, estos 'ángeles' fueron adoptados en México. Además, Carlos IV reconoció su gran labor con el título de 'hijos beneméritos de la patria'.
La operación fue todo un éxito porque no solo se salvó la vida de miles de personas a través del método Balmis, sino que el doctor y su equipo enseñaron la forma correcta para mantener activa la vacuna, y los mismos pueblos de Nueva Granada se encargaron de inocular a otros ciudadanos. Las cifras de los contagios en las zonas cuya población estaba vacunada, bajaron considerablemente.