Un color lo cambia todo. Es el caso de Tusi, la droga sintética rosa que es de mayor precio que la blanca cocaína, y que está atrayendo la curiosidad de los consumidores en Alicante. Los narcotraficantes, como explica la Policía, han visto el negocio al tintar el resultado de las hojas de coca con sales de baño para duplicar su precio en el mercado.
"Tusi llega, no se produce en España", explica Julio de Santiago. Como jefe del grupo de estupefacientes de la unidad de drogas y crimen organizado de la Policía Nacional se encarga de luchar contra los que manejan estas peligrosas sustancias. Y el principal origen es claro, "Colombia es un país productor".
Pero ¿qué es Tusi y por qué atrae ahora la curiosidad? Este nombre castellaniza la pronunciación en inglés de la familia de esta sustancia, 2C. Esta abreviatura simplifica la denominación científica de fenetilaminas. Y de estos compuestos, cuenta De Santiago, sabía el ruso Alexander Shulgin que crea la llamada 2C-B en 1974.
El interés que hay ahora sobre ellas, con un mayor aumento de las búsquedas en internet al respecto tanto en Alicante como en el extranjero, no se ha traducido aún en una mayor cuota de mercado. Ahí, apunta De Santiago, siguen liderando hachís y cocaína.
El falso encanto
La promoción en los estupefacientes juega con el oscurantismo. Las supuestas ventajas que aporta un producto y las versiones que se contradicen no parecen frenar el empuje de Tusi. El auge de estas drogas sintéticas llega a partir de dos grandes eventos que querían detenerlas, la Convención Única de Estupefacientes de 1961 y la dedicada a las Sustancias Psicotrópicas de 1971.
En lugar de simplificar estos acuerdos mundiales que denominan qué es una droga y cómo perseguirla, con las sintéticas se optó por detallar cada variante. Así lo explican desde la comisaría alicantina con una sencilla comparación. Si al opio y sus derivados se les considera así, en las otras basta con modificar la fórmula para escapar del control. Mientras siga teniendo ciertos efectos, basta para repartirse en las calles.
Y algunos se aplicaron a crear sin parar esas variantes que luego se inyectan desgraciadamente en el mercado. Ese es el caso de Shulgin, que aseguraba haber hecho unas doscientas de ellas, un listado donde aparece la 2C-B. Y esa creación que le permite estar fuera del espacio regulado como del que no, es lo que da fuerza a Tusi.
En esta historia del consumo de las drogas que representa Tusi, la asociación a las clases altas es la que genera la atracción. Y ahí confirma De Santiago que por su precio, unos cien euros el gramo, se la asocia a quienes quieren malgastar su dinero en este polvo rosado. Eso se acompaña de intencionados rumores que la relacionan con deportistas que la toman porque no darían positivo en controles antidopaje. Y así se crea la imagen de droga aspiracional.
Los efectos
"Al cuerpo le estás metiendo dos sustancias, una que te excita enormemente y la otra que produce alucinaciones terribles. No te da un infarto de milagro", apunta un experto de la Universidad de Alicante. El jefe del grupo de estupefacientes comparte esa visión, "el Tusi aumenta la presión arterial, por tanto, el ritmo cardíaco y los consiguientes problemas del corazón y cerebrovasculares". Una lista entre las que se incluyen aneurismas, en casos leves, e ictus, en los graves.
Eso no frena a los consumidores jóvenes que creen estar tomando Tusi al comprarla en las calles alicantinas. Con la mayor proporción de usuarios entre los 24 a 31 años, señala el policía, preocuparse por la hipertensión no está entre sus prioridades. Ahí De Santiago lamenta que esa tendencia ya la encuentran a partir de los 18, cuando al cumplir la mayoría de edad se abre un mundo de probar cosas nuevas que deriva en un infierno en algunos casos.
El problema, subraya el jefe de grupo, se complica aún más con la adulteración de materiales. "Es un peligro evidente porque piensa que puede estar tomando algo parecido a la cocaína, pero como no sabes lo que te estás metiendo en el cuerpo y las proporciones en la que te lo tienes que tomar, te puede producir unos efectos muy nocivos".
De hecho, como explicaba, en esa serie de engaños al consumidor han observado que los narcotraficantes hacen negocio en Alicante vendiendo cocaína con colorantes para así doblar su precio. A aquellos que optan por Tusi como una alternativa a la cocaína, quizás simplemente por el cambio de color, quizás porque se puede diluir en bebidas, acaban cayendo en un peligroso timo.