Ecologistas en Acción del País Valencià ha remitido un escrito a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica solicitando "la paralización cautelar del inicio de ejecución de las obras de reforma de la depuradora de Tabarca (también conocida como Estación Depuradora de Aguas Residuales -EDAR-) y de la conducción submarina prevista para conectar dicha depuradora con la costa peninsular".
Dicha conselleria anunció en agosto que la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas (EPSAR) tenía previsto empezar en agosto del año pasado unas obras por un valor de 1,75 millones de euros para transformar la actual depuradora en una estación de bombeo y en la construcción de una conducción submarina que permitirá transportar las aguas residuales hasta la estación de Santa Pola. La inversión proyectada está pensada, sobre todo, para atender a la alta demanda derivada del turismo de masas que acoge la isla en verano.
Ahora, los ecologistas entienden que "la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto ya no está vigente". Argumentan que la mencionada DIA, publicada en el DOGV el pasado 9 de febrero, fue dictada por la entonces directora general de Gestión del Medio Natural, Mari Ángeles Centeno, el 24 de mayo de 2011.
Han transcurrido por ello, dicen, más de los seis años que la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de impacto ambiental, otorga de vigencia a este tipo de estudios, "razón más que suficiente para plantearse emprender acciones legales de no suspenderse cautelarmente el proyecto".
Desde el grupo ecologista Talaiola de Santa Pola, perteneciente a Ecologistas en Acción, cuestionan este proyecto y alertan de sus posibles consecuencias sobre la pradera de Posidonia oceánica existente. "Este proyecto parte de una premisa falsa, la de que no hay alternativa a realizar una conducción para tratar fuera de la isla sus aguas residuales", afirma Alfons Baile, miembro del colectivo ecologista.
"Por supuesto, esa alternativa existe, pero por falta de voluntad política no se quiere plantear y se opta por una solución que, por muchas medidas paliativas que se contemplen, va a tener efectos negativos sobre nuestra pradera de posidonia, una de las mejor conservadas de todo el litoral de la Comunidad Valenciana".
Para Carlos Arribas, de la Colla Ecologista d’Alacant, con este proyecto se genera un nuevo problema para ocultar otro ya existente. "Desde que se diseñó hace ya veinte años hasta hoy en que se amenaza con llevarlo a cabo, han pasado muchas cosas que tendrían que habernos hecho recapacitar sobre qué estamos haciendo con nuestro medio ambiente". "La alternativa pasa por el tratamiento de las aguas residuales en la propia isla, replanteándose primero el insostenible modelo actual de gestión turística de Tabarca", afirma.
Por último, Ecologistas en Acción afirma que "se sigue a la espera de la aprobación de la Orden de la Conselleria para la conservación de praderas de fanerógamas marinas en la Comunitat Valenciana, decreto a cuyo proyecto meses atrás presentaron alegaciones". Entre otras cuestiones, en estas alegaciones solicitaron "la creación de un órgano oficial, abierto a la participación social, que evaluara y supervisara aquellos proyectos susceptibles de generar impactos sobre las fanerógamas marinas. Un proyecto como el que se pretende realizar difícilmente hubiera pasado el filtro de dicho órgano oficial", afirman.