Alicante

Después de recorrer casi 4.000 kilómetros de distancia huyendo de la invasión rusa, muchos ciudadanos ucranianos, que se marcharon del país en compañía de sus mascotas, no imaginaron que al llegar a España se encontrarían con otro problema: ¿dónde alojarse?

La mayoría de los albergues u hoteles habilitados para acoger a los refugiados ucranianos, -por no decir todos-, no admite mascotas, como es el caso de Ciudad de la Luz en Alicante, uno de los centros adecuados por el Gobierno de España, en colaboración con la Generalitat Valenciana

Llegados a este punto, se han dado casos en los que los refugiados "se niegan a entrar" en los albergues sin sus mascotas, que en gran parte de los casos, son "lo único que han podido conservar de su vida en Ucrania", cuenta preocupado el presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante (Icoval), Gonzalo Moreno del Val.

Los veterinarios de 122 clínicas veterinarias de las provincias de Alicante, Valencia y Castellón se están prestando de manera altruista a la atención sanitaria de los animales de los refugiados ucranianos. Entre los trabajos que realizan están la identificación y alta en el Registro de animales (Rivia), la vacunación y prueba serológica, la desparasitación y hasta la documentación de los mismos.

Sin embargo, lo que comenzó como una iniciativa solidaria se ha convertido en un problema porque "no dan abasto" y los colegios han terminado asumiendo el coste de todos los materiales sin recibir ayuda económica de las administraciones.

Por eso, piden que el Gobierno tome medidas definitivas para la situación de estos animales, así como centros oficiales donde se garantice la seguridad de las cuarentenas que estos animales deben pasar para garantizar que no supondrán un problema de salud pública en el futuro.

Una familia de refugiados huye de la guerra junto a su mascota el pasado mes de marzo.

El Consejo Valenciano de Colegios Veterinarios (CVCV) ya advirtió hace unos días sobre la importancia de vigilar la entrada de estos animales, ser tratados frente al Echicoccoccus multilocularis, que es endémico de Ucrania y que podría llegar a producir enfermedades en las personas. Por otro lado, para evitar casos de rabia ya que Ucrania es el único país de Europa donde este virus sigue muy extendido entre animales y personas. Anualmente, hay unos 1.600 casos de rabia en animales en aquel país.

Refugios de animales

Las protectoras de animales también están aportando su granito de arena para quedarse, temporalmente, con los animales refugiados hasta que sus dueños encuentran un hogar definitivo.

La protectora de animales 'Asoka el Grande' ya ha recibido a los primeros animales, -un perro y un gato-, que dos hermanas ucranianas aceptaron dejar allí unos días. Eso sí, la vicepresidenta de la asociación, Pilar Esteva, explica que allí ya llegan con todas las pruebas veterinarias pertinentes hechas.

En este caso, los animales venían del Hospital Veterinario de San Vicente del Raspeig, donde tampoco podían estar mucho más tiempo porque otros animales necesitaban entrar. "De lo que se trata es de hacerles la vida más llevadera, que vienen de un horror", explica Esteva que allí pueden ir a verlos cuando quieran.

De hecho, voluntarios de Asoka fueron el pasado fin de semana hasta Ciudad de la Luz para recoger a las dos hermanas ucranianas y llevarlas en coche hasta el refugio de animales para que pudieran pasar tiempo con ellos

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