El intercambio de archivos pedófilos a través de la internet profunda ha llevado al arresto de dos hombres acusados de abusar sexualmente de menores en Valencia y Sevilla. El primero supuestamente habría cometido sus delitos a lo largo de diez años en los que abusó de la hermana de una expareja, luego de otra niña y en la actualidad grababa las relaciones sexuales con su novia.
La primera de estas operaciones realizadas por la Policía Nacional, en colaboración con Europol, Interpol y Australia, se ha centrado en la provincia de Valencia. Una serie de fotografías a una niña de unos doce años fueron el material que activaron las alertas de estos agentes. La pista que llevó a su arresto fueron los archivos que se compartían en una página de la web oscura en la que el acusado contaba la historia de estas imágenes.
La investigación de la Policía encontró publicaciones que habría hecho este mismo usuario desde 2014 en los que compartía pornografía infantil. La forma de escribir, que el comunicado describe como un inglés defectuoso les hicieron pensar que el sospechoso debía ser hispanohablante, así lo confirmaron con el hallazgo de otras publicaciones. El seguimiento les llevó hasta un hombre que residía en la provincia de Valencia y que encajaba como posible autor.
Con todo ello los agentes llevaron a cabo el registro de su vivienda en el que encontraron abundantes pruebas que confirmaban las sospechas. Ahí, a través de la meticulosidad en la documentación de sus archivos pedófilos, descubrieron que la historia era aún peor.
Las víctimas
La primera de las mujeres que había sufrido los abusos supuestamente por el detenido es una joven que en la actualidad tiene 21 años. Esta es la hermana de una antigua pareja sentimental y de la cual había abusado desde que tenía 12 años hasta que cumplió la mayoría de edad y a partir de ahí la grababa de manera oculta. Los diferentes vídeos y fotos que guardaba los documentaba por años.
La siguiente víctima que encontraron en este registro era una niña de la que también había abusado al grabarla desde los 6 años hasta los 10 que tiene en la actualidad. Los agentes, comprobada la peligrosidad del investigado, prolongaron su búsqueda y encontraron una ingente cantidad de pornografía infantil que recibía a través de diferentes programas que favorecen el anonimato y que luego volvía a enviar a terceros.
La última de estas víctimas es su actual pareja, a la que había grabado mientras mantenían relaciones sexuales sin que esta lo supiera. El arrestado, como explica la Policía guardaba estos vídeos junto a los otros de pornografía infantil. Por estos datos, el hombre, del que no se ha desvelado la edad ni la localidad exacta de Valencia, está acusado de dos delitos continuados de abusos sexuales sobre menor de edad, dos delitos continuados de producción de pornografía infantil, un delito de distribución de pornografía infantil y un delito de descubrimiento y revelación de secretos.
En Sevilla
La segunda operación de la Policía surge por esa vigilancia internacional a las redes de difusión de pornografía infantil en la internet profunda. En este caso la voz de alarma la da la policía de Queensland, en Australia. Uno de sus agentes había establecido contacto con un hombre que le había enviado tres fotos de un bebé de trece meses, del que decía que era su nieto.
A través de los mensajes e investigación sobre detalles de la fotografía, la colaboración internacional de la Policía acabó localizando en Sevilla al posible autor de estos abusos. El arrestado, de 58 años, había sabido hasta entonces utilizar los sistemas de encriptación y ocultación de dirección IP del ordenador para complicar su seguimiento.
En el registro al domicilio encontraron dos de las fotos que había enviado, así como un sistema para desviar la dirección IP a terceros países. Además, se encontraron con los restos de una micro cámara que había sido destruida, un arma de fuego ilegal y dos granadas. Por todo ello el hombre fue acusado como supuesto responsable de los delitos de abuso sexual a menor de edad, producción de pornografía infantil, descubrimiento y revelación de secretos, así como tenencia ilícita de armas.