Alicante

La Fundación Mundomar inicia una nueva temporada de la terapia asistida con delfines que se realiza en el complejo de naturaleza de Benidorm desde hace más de veinte años. El objetivo de la delfinoterapia es mejorar las habilidades cognitivas de los niños entre cinco y quince años, mejorar su concentración y percepción de su entorno, así como hacer más positivas sus relaciones sociales con su entorno más inmediato.

La Fundación Mundomar atiende, desde hace dos décadas, a niños de todo el mundo. Con ellos han abordado patologías tan diversas como autismo, retraso psicomotor, hiperactividad, Síndrome de Down, espina bífida o parálisis cerebral.

Cada uno de los pacientes recibe un total de seis sesiones individuales que se distribuyen de lunes a sábado, con una duración cada una de media hora. Estas tienen lugar en el delfinario de Mundomar, con la participación activa de estos mamíferos marinos guiados por los fisioterapeutas expertos en este tipo de terapia con los delfines.

La Fundación Mundomar destaca en su comunicado que esta terapia tan singular es única en el mundo. De hecho, la realizan de manera altruista, sin coste alguno para las familias, como aseguran. Eso es lo que ha hecho también posible que a lo largo de en estas dos décadas que han ofrecido la delfinoterapia cerca de diez mil niños de todo el mundo han podido participado en ella, afirman.

Colaboraciones y beneficios

Un ejemplo de ese trabajo lo desarrollaron el año pasado con la asociación Mi Princesa Rett. Esta organización con quien abrieron un acuerdo de colaboración en 2014 visitó sus instalaciones la temporada pasada con las niñas afectadas por el Síndrome de Rett, una enfermedad rara que afecta a mujeres.

La colaboración con estas entidades sirve apoyar en la investigación y la sensibilización de estas enfermedades raras mediante la delfinoterapia. Como puntualizan en su página web, esta terapia no intenta sustituir a la farmacología ni tratamientos convencionales. Su intención, añaden, es colaborar en la mejoría sintomática con una propuesta complementaria que se apoya también en una práctica realizada en el agua de mar.

La Fundación destaca que la alegría que muestran estos animales en el contacto con las personas tiene efectos positivos. Así señalan los avances aparentes que se consiguen en una mayor atención y concentración y que el niño siente en su relación con el entorno. Y así lo recogen con testimonios de familiares que se han podido beneficiar de estas estancias en los que se destaca lo positivo que resulta para los pequeños.

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