La aparición de los primeros casos en España de la llamada viruela del mono ha creado una alta preocupación después de más de dos años de pandemia por coronavirus. Y la forma de abordarlo llamó la atención de Toño Abad. El responsable de Diversitat Alicante expresaba su indignación en Twitter al encontrarse con insultos homófobos y la estigmatización del colectivo LGTBI al señalarse una sauna en Madrid.
En su mensaje contraponía el que lamenta como un tópico extendido de "Los gais son promiscuos" al de "Pero los heteros, que han llenado las carreteras de burdeles donde retienen a mujeres prostituidas víctimas de trata, son un modelo a seguir". En menos de dos días, nueve mil personas compartían esa publicación.
Y ese contenido, explica como también director del Observatorio valenciano contra la LGTBfobia, plantea "una realidad: que se estigmatiza sistemáticamente a las personas LGTBI, concretamente a los hombres gais. Y se aprovecha cualquier ocasión para verter odio contra nuestra orientación sexual".
Las redes sociales durante estos días están sirviendo para comprobar cómo se extienden los mensajes LGTB-fóbicos. Así lo cree Abad porque se "ha puesto de manifiesto esa estigmatización, como en los peores momentos de la pandemia del VIH, donde se señalaba a las personas LGTBI como culpables". Por eso recalca que eso no es real "no es una ETS y eso hay que decirlo clarísimamente".
Estigmas, entonces y ahora
Abad centra su razonamiento en la culpabilización a este colectivo que ya se vivió hace cuatro décadas, cuando surgió un virus entonces desconocido en occidente. "En mi etapa de adolescente, joven y adulto había una fuerte socialización de nuestra sexualidad en el miedo a contraer el VIH y eso está muy inserto en el colectivo", recuerda.
Aquellos comportamientos lgtb-fóbicos en todos los niveles de la sociedad "forman parte de la historia". Y Abad critica el componente ideológico en ese sentido cuando "sobre todo en EE. UU., en esas políticas neoliberales que se nos negaba el tratamiento por ser maricones, se estigmatiza ahora y se estigmatizaba entonces".
La prostitución invisible
Si todo esto enerva a Abad lo es también por otro factor, la que considera una prueba de hipocresía. "Estamos en una sociedad donde, muy hipócritamente, señala siempre nuestras relaciones (que son consentidas) y, en cambio, otras que no lo son, no están nunca en el debate público", en referencia al problema de la prostitución en el segundo país de Europa que más la consume.
"Cuando se habla de la promiscuidad del colectivo LGTBI, concretamente de los hombres gais, se habla para estigmatizarnos y se habla de la promiscuidad como un contravalor y algo negativo", razona. En cambio, considera que "cuando se habla de la promiscuidad de los hombres heterosexuales que acuden a burdeles, prostíbulos y demás, ahí hay un silencio total".
Un punto en el que insiste en que se trata de "casas de prostitución clandestina, mujeres secuestradas, en situación de trata, a las que les quitan la documentación, que son sometidas a violación y maltrato, que no es una forma de sexo consentido en el mayor número de casos". Por eso insiste en que "me parece una doble moral para señalar relaciones entre adultos consentidas frente a aquellas".
Abad argumenta que si esto se produce es porque "forman parte de la cultura y de la socialización del varón y de la masculinidad". Y eso es lo que ha hecho que durante mucho tiempo no se cuestione o si empieza a serlo ahora es porque se trata de una vulneración de derechos muy grave, añade.
Tópicos que seguirán
El director del Observatorio valenciano contra la LGTBfobia no es optimista para el futuro. "Se seguirán abriendo debates sobre cuestiones que creíamos superadas", augura. Y la razón de ello la ve en la política "porque eso es lo que demuestra el acceso de un partido extremista a las instituciones". Por eso cree que "hay que seguir alerta y defender esos derechos".
En lo que sí confía es en que "las cifras siempre están al lado de la verdad", volviendo al problema sanitario de la viruela del mono. "Evidentemente, hay contactos en determinado focos, pero no es algo que solo afecta a los que tienen sexo con hombres, y al no ser una ETS, lo que se ve que transmite es a través del contacto directo". Por eso concluye en "que aquí no hay nadie más predispuesto o menos a tener esta infección de virus".