La Hoya no gana para sustos. Bien lo sabe el vecindario de esta pequeña pedanía de Elche (Alicante) que en los últimos años han visto cómo una vecina, Alicia Valera, era asesinada mientras paseaba a su perro en noviembre de 2020 -sin que se haya esclarecido el crimen- y una pareja era detenida por el asesinato del bebé de ella en septiembre de 2018, por el que ahora el Supremo ha ratificado la prisión permanente revisable para ellos.
Ahora, el pasado sábado, se sumaba otra detención, la de un presunto yihadista que desarrollaba propaganda para el Estado Islámico y que vivía de alquiler en un piso de la zona urbana junto a su mujer y sus dos hijas desde hace algo más de un año.
[Así ha sido la detención de un presunto yihadista escondido en una pedanía de Elche]
Por la mañana, minutos antes de que se produjera la detención, una vecina vio a "muchos chicos de paisano", rememora. "Algo estaba pasando sin saber qué", cuenta otro vecino. "De repente, se pusieron los pasamontañas", añade la primera. La Guardia Civil acababa de dar inicio a la operación, con el despliegue de una veintena de agentes venidos de Madrid en una actuación auspiciada por el Servicio de Información de la Guardia Civil junto al Centro Nacional Inteligencia bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción número 5 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
"Me ha sorprendido la noticia porque era una persona muy cuidada, muy limpia, muy educada", responde una vecina que tuvo trato con él. "Era un hombre muy educado", añade otra, que también lo conoció. Otra, en cambio, lo califica de "muy reservado", afirma Alicia Molero, la pedánea de La Hoya -representante del Ayuntamiento de Elche- y de las pocas que no tiene inconvenientes en desvelar su nombre.
El miedo se ha apoderado en parte del vecindario, sobre todo entre los que están más próximos a la casa, donde aún continúa viviendo su esposa, nacida en Marruecos, y sus dos hijas, escolarizadas; él, en cambio, permanece en prisión provisional desde el pasado martes.
A este respecto, fuentes conocedoras del caso confirman a EL ESPAÑOL De Alicante que su familia no está involucrada en sus actividades delictivas y que están a la espera de poder salir del país. Tanto ella como su marido también tienen la doble nacionalidad noruega; él, por su parte, nació hace 41 años en Irak donde, junto con Siria, intentó marchar para combatir del lado del DAESH, sostiene el CNI.
Lo cierto es que la Guardia Civil ha destacado que era "una persona que mantenía estrictas medidas de seguridad que le habían permitido no ser identificado hasta el momento". Celoso de su intimidad, este presunto yihadista, al que se le atribuye "una posición privilegiada" dentro del aparato terrorista, tenía en su poder en su domicilio "plataformas de intercambio de contenidos yihadistas muy restringidas, con acceso a un material especializado, entre otros, a "una enorme cantidad" de publicaciones consideradas “manuales de instrucciones” utilizadas para la captación y adoctrinamiento de otros potenciales terroristas.
Mecánico discapacitado
Como suele pasar en estos casos, nadie parecía sospechar nada. "No había nada raro en él", dice otra persona. "Salvo la barba larga, por decir algo, pero no lo juzgué por sus apariencias", explica otro vecino.
Entre varios de ellos les ha llamado la atención que se le solía ver en un descampado próximo a su vivienda donde, al parecer, "estaba cada dos por tres poniendo el coche a punto", dice una mujer. "Yo siempre que lo veía por ahí en el descampado me preguntaba, ¿de qué trabajará?", asegura otra. Lo cierto es que, según ha podido saber este medio, no tenía una ocupación fija, más allá de la delictiva. Era pensionista por una discapacidad en su país de origen, donde había sido mecánico.
Alguna otra vecina lamenta que "hubiera tanta guardia civil" para esta detención y que, a día de hoy, se siga sin dar con el responsable del asesinato de Alicia, la funcionaría de Justicia que fue estrangulada por la espalda mientras paseaba al perro en noviembre de 2020.