Descubre Benissa, un pequeño pueblo de Alicante con las playas y calas más paradisiacas
Bañarse en la playa dels Pinets o caminar entre calas y acantilados por su Paseo Ecológico son algunas de las ventajas de esta localidad.
19 agosto, 2022 01:14Calpe, Dénia o Jávea son algunos de los municipios costeros más bonitos y turísticos de la Marina Alta (Alicante). Pero, hay otras localidades, quizá menos conocidas para aquellos que no residen en esta provincia, que atesoran paisajes de lo más privilegiados.
Un buen ejemplo de ello es Benisa, oficialmente Benissa, una localidad con poco más de 10.000 habitantes que atesora las zonas de baño más paradisíacas de Alicante. El Sendero Ecológico, la cala dels Pinets o la cala del Advocat, así como la ruta de la Font de Bèrnia, son verdaderas joyas naturales.
La historia también tiene su peso en esta localidad, ya que el hallazgo de tres pequeñas pinturas rupestres (en la partida de Pinos) hablan de cierta actividad en la prehistoria, así como también se encontraron restos del paso de los romanos. Aquí van algunas buenas razones para visitar Benissa este verano.
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Comenzamos la visita por el casco histórico de Benissa. Allí se encuentra el Ayuntamiento, la casa consistorial que en 1970 fue el Hospital Municipal. Si te gustan las casas palaciegas, deberías hacer una parada en la Casa Museo Albargues, una construcción de los siglos XVIII y XIX, que ha conservado en perfecto estado las estancias con objetos de los nobles de la época.
El paseo nos lleva hasta la impresionante casa de Juan Vives, que llama la atención por la fachada. Desde Turismo de la Comunidad Valenciana explican que según la historia, los dueños dieron hospedaje a los peregrinos, que como agradecimiento les obsequiaron con una imagen de la Puríssima Xiqueta.
Un baño en el Mediterráneo
Bahía de les Bassetes: Justo en el límite entre Benissa y Calpe se encuentra la bahía de les Bassetes, un pequeño puerto con servicio de escuela de buceo y vela en un entorno natural de gran belleza, con vistas al peñón de Ifach. "La bahía, pequeña y encantadora, está creada por una lengua de arenisca (roca sedimentaria) sobre la que se asienta el Club Náutico Les Besetes", describen desde Turismo Benissa.
Playa la Fustera: Es una zona de baño pequeñita, pero coqueta. Cuenta con parque infantil, merenderos, chiringuito y zona de actividades náuticas. En la Fustera destacan las majestuosas praderas de posidonia, lo que algunos califican como "la reina de nuestros fondos". Arena fina y aguas cristalinas para disfrutar de un tranquilo día de playa.
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Cala Pinets: Una zona de baño pequeñita, de canto rodado y roca, pero con aspecto salvaje. Sobre todo es recomendable si la visitas con niños, ya que las aguas son cristalinas y poco profundas. Una recomendación del Ayuntamiento de Benissa es hacer una excursión desde la cala Pinets hasta la zona llamada Mar Morta i Roques Negres, formaciones rocosas con componentes ferruginosos que aportan un tono ocre-rojizo al paisaje.
Platgeta de l´Advocat: Una playa con aguas turquesas y un espigón rocoso de acceso al mar. Además, cuenta con chiringuito. "Tiene todos los requisitos para pasar un día completo de playa", describen desde Turismo. L'Advocat cuenta con una pequeña zona de arena protegida del oleaje. Además, acaba en un acantilado de 47 metros, el Cantalar, que se adentra en el mar por la Punta Fosca.
Cala de la Llobella: Sin duda, se trata de la cala más natural y salvaje de todas. Una playa tranquila, de cantos rodados, que tiene poca afluencia de bañistas. "Lo que más destaca de ella son sus hermosos y diáfanos fondos enmarcados por la vegetación exterior, con pinos prácticamente hasta la misma orilla del mar", destacan desde Turismo. Lo que la convierte en la cala ideal para la práctica de esnórquel.
Cala Baladrar: o como algunos la conocen, la 'puerta al Mediterráneo'. Eso se debe a su gran belleza paisajística, y a que la zona se abre como una especie de balcón entre pinos y acantilados. Baladrar, de cantos rodados, está originada por el barranco Sesters.Para acceder hasta ella hay que descender por unas escaleras y, ya a nivel del mar, un entrante rocoso divide la cala en dos secciones: el Baladrar y la Goleta.