El salón más emblemático de la ciudad de Alicante sigue recuperando su atractivo para las bodas y supera en tres días las peticiones registradas en 2021. A pesar de la vuelta del interés por celebrar allí los matrimonios, la demanda aún sigue muy por debajo de la que se tenía antes del inicio de la pandemia.
El servicio digital para las bodas civiles en el Ayuntamiento de Alicante durante 2023 ha superado las reservas con respecto al pasado año, en los primeros días desde que se activara este servicio el pasado 1 de octubre. Si en 2021 fueron 122 las reservas en las cuatro primeras jornadas, en 2022 han llegado a 132 en los tres primeros días.
Los más madrugadores aprovecharon el sábado para realizar casi dos tercios de las realizadas, 84. El domingo y el lunes se han repartido el resto de manera similar, 21 y 27 respectivamente. ¿Y qué es lo que han pedido? Los alicantinos tienen claro que hay un mes el que tiene prioridad sobre los otros, mayo.
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El mes de las comuniones es también el que solicitudes ha recibido mediante este sistema de reservas. Y así, el sábado 27 de mayo es el día más demandado para oficiar el matrimonio en Alicante. Le siguen el 9 y 23 de septiembre, y el 22 de abril.
El total de las ceremonias civiles que se oficiaron en el Salón Azul del Ayuntamiento de Alicante durante 2021 fue de 215. En 2020, con las medidas sanitarias para combatir la pandemia, se llegó a las 155. Lejos, de las 265 de 2018 y de las 217, de 2019.
Este es el tercer año que el Ayuntamiento de Alicante pone en marcha un servicio, ya consolidado, que ha supuesto la eliminación de las colas que se formaban, desde la madrugada incluso, ante las puertas del Edificio de Cristal situado en la calle Jorge Juan.
Los turnos de bodas civiles en el Ayuntamiento de Alicante se circunscriben a los sábados en sesiones de mañana y tarde. Son cuatro celebraciones, como máximo, las que se suceden en cada una de estas franjas horarias. El horario matinal: 11.30, 12.00, 12.30 y 13.00 horas. El vespertino: 18.00, 18.30, 19 y 19.30 horas.
Atrás quedan las restricciones sanitarias que habían limitado la presencia de asistentes, que había llegado el año pasado hasta el 75 % y donde se debía tener en cuenta que se incluía a los novios y los padrinos. Si en alguna de esas ceremonias se excedía el número fijado, el resto de invitados debía permanecer en la Plaza del Ayuntamiento.