Para Veronika, una niña ucraniana de 9 años, las navidades están siendo muy diferentes a las de antes de la invasión rusa. Por una parte, echa en falta a su madre, que se ha quedado en su casa, próxima a la zona de la central nuclear de Chernóbil. Por otro lado, en Alicante ha encontrado una segunda familia, que la ha acogido con mucho cariño durante estos días de fiesta.
Svitlana Tachenko, su marido y su hija Kathy, de 8 años, han sido la compañía de Veronika durante las últimas siete semanas, gracias a la iniciativa de la ONG 'Juntos por la Vida', que ha traído hasta España a medio centenar de niños ucranianos para que pasen la Navidad con familias de la Comunidad Valenciana.
En el caso de Veronika, el proceso está siendo algo más sencillo. "Ha tenido mucha suerte", puntúa Svitlana porque ella también es ucraniana, de la ciudad de Járkov, y lleva 20 años viviendo en Alicante. A su llegada, la menor empezó a estudiar en el colegio La Almadraba, donde están también otros menores ucranianos.
"Se nota una gran diferencia entre los niños de guerra y los niños de España". Svitlana comenta que Veronika es una niña tranquila, algo desconfiada, pero muy madura para su edad. La razón es que "ha tenido que ver cosas que un niño no debería de ver", explica esta mujer, que ha colaborado con Cruz Roja ayudando a los refugiados ucranianos a su llegada al centro de acogida de Ciudad de la Luz.
Navidad en Alicante
La hermana de Veronika, Polina, también está en Alicante, pero pasando las navidades con una familia distinta. Estos días la familia de Svitlana está aprovechando para pasear por la ciudad, ir a la playa, ver las luces navideñas o recibir más visitas en casa para que las niñas jueguen y se diviertan.
Precisamente este viernes la familia ucraniana espera la visita de Polina, de 7 años, para que pueda ver a su hermana. Las chicas han ido incluso a ver un concierto de los niños y niñas de Benin, también organizado por Juntos por la Vida. Según cuenta Svitlana, en los eventos de la fundación las caras "son muy conocidas y amables". Para ella, agradecer a los españoles todo lo que están haciendo por la gente de su país es muy importante. "Estoy muy agradecida", repite.
Es consciente de la suerte que tiene su familia junto a la que vive por la zona de la Playa de San Juan. Y sabe también que la vida de la familia de su pequeña Veronika es muy diferente porque están en una zona "peligrosa".
Sigue impresionada por la situación que vive su país en pleno siglo XXI. "La madre de Veronika sale de casa muy poco. Tienen luz un par de horas al día, y tienen que cocinar con el fuego en la calle".
Con la comunidad rusa
Alicante es una de las provincias con mayor número de población ucraniana y rusa de toda España. Lo que obliga a estos ciudadanos a compartir espacio como vecinos, compañeros de trabajo, y en muchos casos, como amigos.
En cuanto a su relación con la comunidad rusa, Svitlana explica que es "complicado tener una conversación amable" porque por un lado, están los amigos de hace muchísimos años con los que la amistad continúa alejada del conflicto. Sin embargo, por otro lado, está la gente nueva con la que las conversaciones se vuelven más incómodas. La ucraniana nos explica que antes de mencionar el tema de la guerra, prefiere conocer a la persona con la que está hablando.