"Un 'profeta' y 'más que profeta'", así define el obispo de la diócesis de Orihuela y Alicante José Ignacio Munilla a Benedicto XVI. En su carta de despedida al fallecido papa lamenta que fuera "incomprendido y atacado" por quienes "no toleran que la Iglesia Católica se resista a asumir el espíritu de la mundanidad".
Munilla estará presente en Roma en la misa exequial presidida por el papa Francisco el próximo 5 de enero. Y para acompañar en el adiós al papa Ratzinger pide que "toda la Diócesis de Orihuela-Alicante se una a él y que en las eucaristías de este fin de semana se ofrezcan oraciones por el eterno descanso de Benedicto XVI". Además, a partir de este lunes, propone la celebración de misas por él en las parroquias y comunidades.
A la vuelta de Roma, el sábado 7 de enero a las 11 horas, el propio obispo presidirá una misa funeral en la Concatedral de San Nicolás de Alicante. En ese mismo día y hora pide que las parroquias toquen las campanas a duelo, como lo habrán hecho el 5 de enero a las 9:30 de la mañana, la hora de las exequias en Roma.
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En la carta dirigida a los feligreses de la diócesis alicantina, Munilla recuerda su contacto con el entonces papa durante su visita a Valencia, la primera que realizó a España Benedicto XVI.
"No olvidaré nunca las palabras que Benedicto XVI dirigió a los obispos allí presentes", escribe Munilla. Así recuerda que en aquel momento el episcopado español había aprobado un texto "en el que se salía al paso de tantos errores modernistas que se estaban infiltrando dentro de la propia Iglesia". Y ahí remarca las palabras del entonces papa: "¡Habéis salido a defender la fe de los sencillos, y Dios os lo pagará!".
El mensaje de Ratzinger le conmovió, razona, porque "siendo uno de los mayores intelectuales en la historia de la Iglesia, lo que le importaba por encima de todo era la fe de los sencillos, la fe del pueblo de Dios que se le ha encomendado".
Munilla valora que "el gran don del magisterio de Benedicto XVI ha sido la integración de la verdad y la caridad en una misma esperanza, sin ceder a la tentación de las contraposiciones dialécticas". Y ahí destaca como en particular como "colosal", "su gran esfuerzo por expresar la sinfonía de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad". Esa, precisamente, es la razón por la que el obispo de Orihuela y Alicante considera que Joseph Ratzinger "ha sido tan incomprendido y atacado, principalmente por cuantos no toleran que la Iglesia Católica se resista a asumir el espíritu de la mundanidad".