En la Navidad de 2020 Mateo y otros dos menores secuestraron a un hombre de 31 años, le agredieron salvajemente y le robaron mientras lo retransmitían en Instagram. Ahora, la Audiencia Provincial de Castellón le ha condenado a diez años y medio de prisión por estos hechos.
La noche de aquel sábado 19 de diciembre la víctima se disponía a entrar a su casa cuando los tres adolescentes se dirigieron a él para pedirle un cigarrillo. Sin que tuviera tiempo de reaccionar empezaba una pesadilla que se alargaría hasta el día siguiente, cuando la Guardia Civil consiguió localizar el domicilio que aparecía en la red social.
La sentencia que ahora se conoce reproduce aquellas horas de intenso terror que empezaron con los tres adolescentes maniatando a su víctima con cinta americana a una silla. De esa forma, aprovecharon para revolver la casa hasta encontrar una cartilla bancaria. A partir de ahí empezaron a amenazarle para que les acompañase a un cajero automático a extraer dinero.
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Al negarse la víctima, empezó la tortura. El juicio celebrado el pasado 16 de mayo considera probado que le golpearon con el brazo mecánico de una batidora industrial de hierro, una llave inglesa, un tubo metálico y varios palos de madera. Y así estuvieron emitiendo hasta las 4 de la madrugada como le golpeaban a la cabeza, el tórax, las extremidades y la espalda.
Otros jóvenes que se encontraron estos vídeos en Instagram alertaron a las fuerzas de seguridad de lo que estaba sucediendo. La Guardia Civil montó un operativo que culminó sobre las 16 horas de la tarde siguiente, el domingo 20 de diciembre, una vez localizada la vivienda donde estaban ocurriendo los hechos.
Los agentes arrestaron a los tres sospechosos cuando salían de la casa para ir al cajero de una entidad bancaria a extraer dinero con la cartilla del perjudicado, quien permanecía en el interior de su domicilio y fue liberado a continuación.
La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado al acusado a cuatro años de prisión por un delito de detención ilegal y a tres años y medio por un delito de lesiones, ya que la víctima estuvo hospitalizada cuatro días y tiene varias cicatrices en la cara de resultas de los golpes recibidos.
Los magistrados le imponen otros dos años y medio de cárcel por el delito de robo con violencia y una multa por un delito de daños, por los desperfectos provocados en la vivienda del agredido.
Finalmente, le condenan también a seis meses de prisión por un delito contra la integridad moral derivado de la retransmisión en internet del trato violento que sometieron a la víctima.
La Audiencia no se pronuncia sobre una posible indemnización al haberse reservado el perjudicado las acciones que pueda ejercitar por estos hechos en la jurisdicción civil. La sentencia no es firme y puede recurrirse en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. Como indica este organismo, los dos menores de edad ya fueron juzgados y condenados en esa jurisdicción.