El ciclón Daniel arrasa la costa de Libia y la de Grecia. El mar Mediterráneo muestra su peor cara antes de que llegue el otoño y se pasa de hablar de las gotas frías o DANA a los medicanes. ¿Qué son estos fenómenos meteorológicos extremos? El catedrático de la Universidad de Alicante Jorge Olcina explica las causas que lo provocan y alerta de que estos serán más frecuentes.
"Un medicán es, en esencia, una borrasca propia que se forma en la cuenca del Mediterráneo", arranca vía telefónica desde Logroño. "Es decir, no viene formada desde el Atlántico como suele ser habitual ni desde otra parte de la Europa septentrional, sino que se genera y se profundiza en la propia cuenca del Mediterráneo", añade. La razón por la que se producen más ahora es que necesita de temperaturas altas.
Y ese detonante se ha incrementado en los últimos años. "Este año han sido muy altas tanto en la parte occidental, en la nuestra, como, sobre todo, en la oriental porque el Mediterráneo oriental es la parte de la cuenca del Mediterráneo que más se calienta", apunta. Tanto es así que "hasta hace pocos días, estaban por encima de 30 grados en ese sector. En esas condiciones no es raro, sino todo lo contrario, que se puedan formar este tipo de borrascas tan enérgicas".
¿Y cuál es la relación con la conocida como gota fría o DANA? Esta, responde, "sería la causa principal de formación de un medicán. Es decir, una bolsa de aire frío en las capas altas de la atmósfera, lo que conocemos nosotros habitualmente como una gota fría o DANA".
Cuando eso sucede, "el resultado en superficie es una borrasca que se genera autónomamente en la cuenca del Mediterráneo que circula básicamente como lo hacen en un ciclón tropical o en un huracán y que llega a constituir incluso un pequeño ojito en el centro". Esa es la razón por la que recibe este nombre que une el término huracán con el nombre del mar Mediterráneo.
Si en eso se parece, ¿en qué se diferencian? "La principal diferencia entre un huracán y un medicán es que en el primero hay lluvia, pero, sobre todo, viento. Y es el que causa los destrozos. En el medicán hay viento, pero es la lluvia torrencial la que genera los daños".
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¿Por qué es ahora cuando vemos más estos fenómenos? Olcina responde que la respuesta está en el mismo mar, "es una zona que tiene un clima que se está subtropicalizando. Con el proceso de calentamiento se están dando fenómenos que no son habituales en esta parte del planeta, pero estamos viendo que sí. Y coincide, como hemos dicho antes, con una presencia de aguas marinas muy cálidas. Cada año el Mediterráneo se está calentando más y lo hace durante más tiempo y eso permite alimentar este tipo de estructuras ciclónicas".
De extraordinario a común
El caso del ciclón Daniel "es un fenómeno extraordinario, pero es verdad que en nuestro litoral mediterráneo tenemos antecedentes de episodios de este tipo. La propia DANA de septiembre del 2019 en la parte de la Vega Baja fue una estructura de este tipo. Y anteriormente también hemos tenido: en octubre del 2000, en el 87... Es decir, que sí que encontramos antecedentes de borrascas propias del Mediterráneo que dejan cantidades por encima de 500 o incluso de 1000 litros".
Ese cambio en la serie histórica es el que le lleva a alertar que hay que ser conscientes del panorama futuro. Una previsión en la que habrá "borrascas muy fuertes, muy activas y que dan lugar a lluvias muy torrenciales, que caen con mucha intensidad".
Olcina recuerda que "en un contexto de cambio climático de calentamiento, tenemos que acostumbrarnos a que los récords van a ir rompiéndose año sí, año también". Y ahí señala que serán variados: en un caso serán de temperatura, en otros de precipitación, en otros de vientos sostenidos. "Es un poco hacia donde tiende nuestro clima: un clima que cada vez es menos confortable desde el punto de vista térmico y con más eventos extremos de este tipo", concluye.