Alicante

Era la mañana del 1 de noviembre de 1936 y sus destinos iban a cambiar para siempre. Tras un intento de fuga de la cárcel del Fuerte de San Cristóbal, en el monte Ezkaba, cerca de la ciudad navarra de Pamplona, 21 presos fueron fusilados en el cementerio de Berriozar por intento de fuga. Entre los condenados figuraba Manuel González Amorós, originario de Torrevieja.

Según lo recoge el Fondo Documental de la Memoria Histórica en Navarra, Manuel González Amorós, minero de profesión y nativo de Torrevieja y de padres Antonio González y Candida Amorós, fue condenado por la Audiencia de Orense a 2 años y 4 meses por anarquía. Ingresó para cumplir esta pena en Fuerte San Cristóbal el día 24 de junio de 1936. Seis meses después, y tras un intento de fuga con otros 21 presos, fue asesinado en la madrugada del día 1 de noviembre de este año en el cementerio de Berriozar.

Acogiéndose a la Ley de Fugas de 1921 que permitía a la policía disparar a todo aquel que intentara escapar durante una detención o traslado, el régimen franquista pudo asesinar a los 21 presos y verter sus cuerpos en una fosa común en total impunidad. 

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San Cristóbal fue un complejo militar que, tras el golpe de 1936 se convirtió en una cárcel para presos políticos de toda España. Por este fuerte pasaron hasta 7.000 personas y murieron unas 800, más de 200 fusiladas tras la fuga de 795 presos en 1938, así como otras muchas por causas naturales provocadas por la tuberculosis, desnutrición o el hacinamiento.

Trabajos de exhumación

En marzo de 2022, y en el contexto del Plan de Exhumaciones del Gobierno de Navarra, el Instituto Navarro de la Memoria comenzó la exhumación del cementerio de Berriozar a partir del informe presentado por la asociación Txinparta, tras contrastar informaciones de la mano de testimonios y registros históricos, en torno a la localización de la fosa común. 

En ella, el equipo técnico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi localizó los cuerpos de estos 21 presos, que mostraban indicios "evidentes" de haber muerto por arma de fuego. Según recalca el investigador, historiador y arqueólogo, Jimi Jimenéz, la identificación ha resultado compleja debido al estado de degradación de los restos óseos, que ha obligado a realizar varios análisis para obtener perfiles genéticos que puedan llevar a un resultado positivo. 

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Desde entonces, el Gobierno de Navarra intenta encontrar los familiares de las víctimas mediante el Banco de ADN del Gobierno de Navarra, gracias al cual han logrado identificar los restos de uno de los presos, José Creagh Lecároz, nativo de Sevilla, tras el análisis de los restos exhumados en Berriozar en marzo de 2022. Los restos de este preso fueron entregados a sus familiares el pasado mes de octubre. El jefe de sección de Documentación del Instituto Navarro de la Memoria, César Layana, hace énfasis en la importancia de la difusión de estos trabajos para poder encontrar a los familiares: "cualquier ayuda es bienvenida".

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Desde el Instituto Navarro de la Memoria, hacen hincapié en "la importancia de la colaboración de los familiares para cotejar los restos de las víctimas y de contar con muestras de ADN para compararlas con los cuerpos encontrados en las fosas exhumadas". Los familiares que crean tener información sobre alguna de las víctimas halladas en la fosa común, pueden contactar con la entidad a través del siguiente correo: inm@navarra.es, mediante el cual se les facilitará información e instrucciones para facilitar el proceso de identificación.

Desde el año 2016, el Gobierno de Navarra ha firmado una serie de convenios con la Sociedad de Ciencias Aranzadi para ejecutar estos trabajos de exhumación, que han dado como resultado la exhumación de los cuerpos de 125 víctimas de la represión franquista.

Sinergia

Debido a la dispersión geográfica del origen de los presos, es primordial que las organizaciones y los equipos de arqueólogos de todo el territorio nacional estén en constante contacto para poder ayudar en el proceso de la búsqueda de los familiares. En el este caso de la búsqueda de familiares de Manuel González Amorós, el equipo de arqueólogos de Navarra ha recurrido a Miguel Mezquida, director arqueológico de la Asociación Científica ArqueoAntro, que ha realizado múltiples trabajos de exhumación en la Comunitat Valenciana, destacando aquellas realizadas en el cementerio de Paterna.

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