Además de sus calas y piscinas naturales, Torrevieja es conocida por sus amplias playas que se visten de colores durante los meses de verano debido a la multitud de sombrillas que invaden su arena. Además de la playa de La Mata, Torrevieja cuenta con cuatro grandes playas ubicadas en la ciudad, siendo estas la Playa de los Náufragos, la Playa del Acequión, la Playa del Cura y la Playa de los Locos.
Si bien la historia de la ciudad no remonta a tantos años atrás como otras ciudades, Torrevieja cuenta con muchas curiosidades e historias que siguen escuchándose en algunos hogares de aquellos que más vivieron el paso del tiempo en la ciudad. Como si de un ritual se tratase, aún quedan algunas personas mayores que sacan su mesita y sus sillas en la acera de la calle para jugar al parchís, al chinchón o para, simplemente, compartir vivencias de antaño en la ciudad y comparar "los nuevos tiempos" con aquellos que en su día la ciudad conoció.
Entre estas historias que circulan en las conversaciones de aquellos que fueron testigo del paso del tiempo en la ciudad, figura el origen del curioso nombre que se le dio a la "Playa de los Locos". Para empezar, antiguamente, la playa no se llamaba así, sino que era conocida como la "Playa del Salaret". Un nombre con el cual aparece en 'Plano de la Ensenada y cargador de Torre Vieja', trazado en el año 1806 por los delineantes Francisco Catalá y Gaspar Massa.
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Este plano, nombrado 'Ensenada del Salaret' fue una carta náutica anónima trazada en 1813. Posteriormente, en el año 1835, y tal y como lo recoge el cronista Francisco Aniorte Sala, el teniente de navío Francisco de Paula Amieba traza un nuevo plano que abarca desde el cabo Cervera hasta cabo Roig, unos 17 kilómetros de distancia. Un nuevo plano en el que apareció nuevamente el topónimo Punta del Salaret. Un nombre que vuelve a aparecer en el mapa de la provincia de Alicante, trazado en 1859 en el diccionario de Pascual Madoz, así como en el mapa de Juan de Arrambide trazado en el año 1861, y en otros posteriores.
Construcción del manicomio
A comienzos del siglo XX una familia de origen murciano y procedente de Madrid decide construir un hospital psiquiátrico en los entornos de la playa, justo enfrente. Un edificio que se inauguró bajo el nombre "Sanatorio del Carmen".
Según informa el cronista Francisco Sala, ya en 1908, la prensa se hace eco de la presencia del doctor Mariano Ruiz Cánovas, director del Sanatorio, en Torrevieja. El doctor, quien vivía en Madrid, empezó a pasar varios veranos en la ciudad, acompañado de su familia. Además, aprovechaba el viaje a la Costa Blanca para traer desde Madrid a algunos de los enfermos que se internaban en su centro en la capital. Unos viajes que le empujaron en 1910 a crear oficialmente una sucursal de su sanatorio en Torrevieja, frente a la Playa del Salaret. En este momento, la playa pasó a llamarse entre los torrevejenses la "Playa de los Locos".
En este mismo año, se inauguró oficialmente el centro, acto al cual asistieron numerosas personas y figuras importantes de la ciudad de Torrevieja.
Incidentes
Cuatro años después de su inauguración, en julio de 1914, un paciente se ahogó en el mar. En este momento, un joven que paseaba por la playa, intentó salvar al paciente, teniendo que ser rescatado él mismo por un Guardia Civil que se encontraba en la playa. Según destaca el cronista Francisco Aniorte, por esta acción, el agente recibió una recompensa de mérito.
Otro año, uno de los pacientes del centro psiquiátrico se escapó de las instalaciones, siendo encontrado ahorcado en la rama de una higuera cercana a la finca. Unos incidentes que se caracterizan por su "exepcionalidad", debido a que el día a día de los enfermos era tranquilo, destacando incluso la conciencia de estos con los torrevejenses, quienes los veían "pasear por la playa y por la ciudad", según afirman algunos de ellos.
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El Sanatorio Virgen del Carmen estuvo en marcha hasta después del fin de la Guerra Civil, desapareciendo tras llegar la época de construcción masiva en la ciudad y de los primeros edificios costeros que conocemos hoy en día. Dolores Aniorte Manresa, torrevejense de 93 años, recuerda la época del sanatorio como un lugar con un entorno "desértico". "Solo había algunos chalés alrededor". Y recuerda el centro como "vacío en invierno y que se llenaba en verano, con pacientes que se enganchaban a las vallas enormes que rodeaban el sanatorio".
La Playa de los Locos cuenta actualmente con una longitud de 760 metros y una anchura de 25 metros y es una de las playas más turísticas de la ciudad, destacando su largo paseo, por el cual circulan paseantes y deportistas desde las primeras horas del día.