La ciudad de Orihuela es conocida por albergar gran cantidad de yacimientos arqueológicos con una cronología que se remonta al Paleolítico, aunque la expansión del territorio no tendría lugar hasta el Calcolítico (2500-1900/1800 a.C.). Según fuentes municipales, los orígenes de la ciudad están relacionados con el poblado del Llano de San Miguel, que tiene su origen en el Bronce Final (1000/900 a.C.), adquiriendo importancia en las épocas ibérica y romana, pero sobre todo en la tardorromana.

Tiempo después, el territorio de Orihuela se integró en distintos reinos de taifas y en los imperios de Almorávide y Almohade. No sería hasta 1243 con el Pacto de Alcaraz cuando este reino "hudita de Murcia pasó nominalmente a prestar vasallaje a Castilla". Sin embargo, la ciudad tuvo que ser cercada y conquistada, permaneciendo bajo dominio castellano hasta el año 1296", describen desde Patrimonio Histórico de Orihuela. A partir de 1304 con los límites entre las coronas de Castilla y Aragón, Orihuela pasó al Reino de Valencia, convirtiéndose en Capital de Procuración y de Gobernación en 1363. En 1564, Orihuela consigue definitivamente la sede episcopal.

Estos son algunos de los momentos más importantes de la historia de la capital de la comarca de la Vega Baja, y que hoy conocemos gracias a los historiadores. Sin embargo, ni el mejor de los expertos podría hablar con precisión sobre el futuro ni mucho menos sobre el final. Por ello, desde la redacción de El Español de Alicante hemos pedido a la inteligencia artificial ChatGPT que elabore una narración ficticia sobre el final (con fechas y causas) de la ciudad de Orihuela, y este ha sido el resultado.

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Imagen antigua de la ciudad de Orihuela. Patrimonio Histórico Orihuela

"Una toxina altamente letal"

Antes que nada, ChatGPT recuerda que es una inteligencia artificial, y como tal, no es capaz de predecir el futuro. Por lo que, en su lugar elabora una narración ficticia. Según la IA, el colapso de Orihuela llegaría en 2050 con un terrible suceso. "Un laboratorio de investigación, sin la debida precaución, liberó accidentalmente una toxina altamente letal en el suministro de agua de la ciudad. El veneno se propagó como una marea invisible, contaminando cada gota que fluía por grifos y cañerías".

Como en cualquier situación parecida, a medida que la noticia se extendió, la población entró en pánico. De nada sirvieron los esfuerzos policiales para contener la situación. "Intentos frenéticos de evacuación resultaron en un caos generalizado, con calles congestionadas y un aire denso de desesperación". Como consecuencia, las infraestructuras "colapsaron, la comunicación se desvaneció y la desesperanza se apoderó de la ciudad", según afirma la IA.

ChatGPT continúa su narración ficticia afirmando que, con el paso del tiempo, los efectos mortales de la toxina se hicieron evidentes. "Hospitales abrumados, recursos agotados y una población desesperada que enfrentaba una lucha perdida". Por lo que, las autoridades, en un acto desgarrador, declararon Orihuela como "zona inhabitable". "La ciudad, una vez bulliciosa, quedó reducida a un espectro de lo que fue".

Según ChatGPT, las calles, antes llenas de vida, se volvieron "desiertas y silenciosas, solo interrumpidas por el viento que susurraba los ecos de un pasado vibrante. Los edificios, ahora testigos mudos, permanecían como monumentos a una tragedia ineludible". Para la IA, Orihuela es una "joya urbana", que quedaría atrapada en el "abrazo mortal de la toxina", que sellaría su destino "dejando atrás una ciudad que alguna vez fue hogar para convertirse en un recordatorio sombrío de los peligros que la humanidad a veces desencadena sobre sí misma".

Por suerte, ChatGPT no tiene la capacidad de predecir el futuro, aunque no se puede negar su talento para contar historias que bien podrían ser el argumento de una novela de ficción o de una película sobre supervivencia.