Alicante

Un bañista de Alicante y Málaga bien podrían ser dos clones. Crema de sol hasta las cejas, bañador apretado y gafas de sol son características idénticas. Puede ser español o extranjero, si es de fuera probablemente venga de Reino Unido. Sin embargo, las diferencias no están en la forma sino en el fondo, el del mar en este caso. Y es que la temperatura del mar varía en casi 10 grados entre ambos litorales debido a lo que ocurre en las profundidades

Aunque las temperaturas atmosféricas de Alicante y Málaga pueden ser muy similares durante el verano, con ambas ciudades rozando los 40 grados en las sucesivas olas de calor que las azotan, las aguas que bañan sus costas presentan diferencias notables.

Las aguas alicantinas están a una temperatura cercana a los 30 grados, con su máximo histórico cifrado en 29,94 ºC el día 11 de agosto del 2022 por Puertos del Estado gracias a los datos de la boya de València. Mientras que las andaluzas rondan los 20.

Este año los datos no son tan altos como los del anterior, que se quedó cerca de superar los guarismos del 2022 con una temperatura de 29,48 grados el 24 de agosto 2023. 

El investigador del Instituto de Ecología Litoral de El Campello (Alicante) y doctor en Biología, David Gras, explica que las temperaturas, de momento, "son bastante normales, en invierno se quedaron en torno a 14 o 15º, pero los años anteriores subió por encima de 29 en verano por la continuidad de las olas de calor que traspasan de la hidrosfera al mar". Pero aunque no se hayan detectado periodos de gran calor, "no se puede descartar que no ocurran este año", alerta.

Viaje de las corrientes

Y es que el mar Mediterráneo está en máximos históricos. Esto, además de crear un 'caldo' caliente donde no encontrar refresco contra el sol, tiene implicaciones mucho más importantes en la vida marina y en la de todo el ecosistema.

Las grandes diferencias entre unas zonas y otras del territorio nacional, como ocurre entre el mar Balear (zona marítima entre las costas de Valencia, Castellón, Tarragona y Mallorca e Ibiza) y el Alborán, la parte más occidental del mar Mediterráneo que baña la costa de Málaga, se debe a la compleja dinámica de las corrientes marinas en el Mediterráneo.

Gras indica que esta desviación en las mediciones de temperatura se debe a los intercambios de masas de agua a través del estrecho de Gibraltar. "El agua atlántica, que es menos salina y más fría, entra al Mediterráneo por superficie, mientras que el agua mediterránea más densa y salina sale hacia el Atlántico en profundidad".

El agua que penetra del océano comienza un viaje que la lleva por la costa africana de Egipto, pasando por Israel y Grecia hasta dar la vuelta en una especie de semicírculo por Italia y Francia para regresar a España, calentándose en el proceso y ganando salinidad.

Peligros para la fauna marina

El aumento de la temperatura tiene repercusiones importantes en la fauna marina, favoreciendo la aclimatación de especies foráneas. La tropicalización puede facilitar la adaptación de seres propios de otras latitudes y que llegan pegados a los cascos de los barcos.

"En condiciones naturales del Mediterráneo, estas especies morirían en invierno, pero con la tropicalización pueden adaptarse, crecer y desplazar a las especies autóctonas", apunta el experto. 

Gras menciona como la Caulerpa racemosa, que procede del mar Rojo, se está adaptando al Mediterráneo tras introducirse por el canal de Suez. "Hace décadas, la entrada de esta alga generó una gran alerta, pero con el tiempo se ha visto que, aunque ha proliferado, no lo ha hecho en la medida temida inicialmente", apunta.

¿El calor atrae a más animales?

La percepción de un aumento en la presencia de tiburones y delfines en las costas mediterráneas ha generado preocupación al mismo tiempo que me gustas y miles de visualizaciones en los videos colgados en redes sociales en los últimos años.

Tiburón encontrado en Altea.

Sin ir más lejos, la Red de Varamientos de la Comunidad Valenciana registró en Altea una hembra de cañabota de 4,61 metros de longitud, hallada flotando. Se trata de uno de los tiburones más grandes del Mediterráneo y habita en las profundidades.

Sin embargo, Gras aclara que estos animales han estado presentes en el Mediterráneo desde siempre. "La mayoría de los tiburones son de profundidad y no creo que la temperatura los haga acercarse a la costa. Ahora, con los smartphones, es más fácil tomar fotos, pero eso no significa que su presencia sea más común", sentencia.