La riqueza del patrimonio medieval de Alicante es indudable sobre porque durante siglos la provincia fue territorio de frontera no solo entre los reinos cristianos e islámicos, sino también entre los propios reinos cristianos. De hecho, su configuración territorial actual y pasada obedece la política patrimonial de las sucesivas dinastías castellanas y aragonesas, a guerras o incluso pactos familiares o conyugales.
En ese contexto, la defensa del territorio de las amenazas militares ha salpicado el paisaje de la provincia con cerca de 230 construcciones defensivas que han sido analizadas por la revista internacional National Geographic, que ha elegido los 15 castillos más singulares de la provincia en un artículo publicado recientemente bajo el título Los castillos más bonitos e impresionantes de la provincia de Alicante.
No es la primera vez. Previamente te la revista le dedicó un lugar destacado a otro artículo titulado De conquistas, batallas y romences: los castillos más emblemáticos de España al castillo de Santa Bárbara, que además de un pasado medieval se remonta a la Edad del Bronce, los asentamientos ibéricos y la arquitectura de la época romana.
El baluarte alicantino recibió su nombre de la festividad que acaeció el mismo día de su conquista por los reinos cristianos, el 4 de diciembre de 1248. Concretamente, el infante Alfonso de Castilla que a la postre sería conocido como el rey Alfonso X el Sabio, lo arrebató de las manos musulmanas y lo mantuvo en su Corona 48 años hasta que la ciudad fue atacada por el rey aragonés Jaime II. Fueron los aragoneses quienes ordenaron su remodelación, que fortificaría posteriormente el rey Carlos a comienzos del siglo XVI.
No obstante, el hito fundamental tuvo lugar en el reinado de su hijo, Felipe II, quien financió las obras de 1562 a 1580, según proyectos de Juan Bautista Antonelli y Jorge Palearo El Fratín. ya en la Edad Moderna. National Geographic destaca en su último listado que Pedro IV de Aragón nombró la plaza fuerte de Alicante como "la Clau del Regne" (La Llave del Reino).
Sea como fuere, el "ranking" de la revista no comienza con el baluarte alicantino, sino con el impresionante castillo de Sax, que junto al de Villena y Biar formaba parte de un sistema defensivo fronterizo muy complejo de la época medieval. De carácter "roquero", fue conquistado a los musulmanes por el Comendador de Alcañiz en 1239, con un ejército bajo sus órdenes de caballeros de la Orden de Calatrava. Como en el caso del de Alicante, inmediatamente fue transferido a los dominios del rey castellano Alfonso X.
En esta época, el Tratado de Almizra (26 de marzo de 1244) fue fundamental para dirimir las disputas territoriales (y patrimoniales entre quienes serían suegro y yerno, Jaime II y Alfonso X) entre coronas de Castilla y Aragón, fijando los límites de reino de Valencia al norte y sur de una línea geográfica imaginaria trazada entre Biar-Busot-El Campello.
Otra de las fortificaciones analizados por la revista es el de Villena, uno de los mejor conservados de la Comunitat Valenciana. También de origen árabe, también fue tomado por la orden de Calatrava un año después que el de Sax. Precisamente en el Tratado de Almizra se estipuló que debía ser de propiedad de Castilla.
Completan el listado los baluartes de la Torre de San José de Tabarca, la Torre de la Horadada, el Conjunto Fortificado de Orihuela, el castillo de Penella de Cocentaina, el Palacio-Fortaleza de Onil, el castillo de Guadalest, el castillo de Dénia y el castillo de Polop.