Alicante

El Museo de Aguas de Alicante cuenta con el primer refugio climático que abre en la ciudad. Un espacio adaptado en el llamado Pozo 1 con que ofrecer a quienes quieran evitar los excesos del calor o el frío durante unas horas.

Sergio Sánchez, director general de esta compañía, se ha encargado este lunes de realizar la presentación en la que ha valorado esta alternativa frente a las "circunstancias climáticas adversas, cada vez más frecuentes en la zona mediterránea". 

El museo parte de una ventaja para crear Pozo 1: los aljibes de Garrigós. Excavados en la montaña, estos permiten una temperatura constante todo el año. A ello añaden acceso a puntos de agua, electricidad y conexión a internet.

Al abrir Pozo 1 incluyen el mobiliario necesario para que sea un lugar confortable, rodeado de vegetación adaptada para interiores. De hecho, ofrecen la posibilidad de recoger plantas de particulares durante vacaciones, para lo que deberán tener siempre en cuenta las condiciones de temperatura y humedad del espacio.

Sánchez Ríos destaca, a través de un comunicado, que con esta iniciativa se "aprovechar las especiales características climáticas que se generan dentro de los Pozos de Garrigós".

Con ellas quieren ofrecer "al ciudadano de Alicante y a sus visitantes un espacio en el que encontrar esa protección durante unas horas". Un objetivo que han logrado con "planificación, a cierta inversión de recursos y a la adaptación de la agenda del Museo".

¿Y cuando refugiarse?

Con la finalidad de ofrecer al ciudadano un servicio más, el refugio estará inicialmente disponible en el horario habitual del museo: de martes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00; el sábado y domingo solo mañanas.

Esta planificación se mantiene de septiembre a mayo y cambia de junio a agosto por las tardes, de 18:00 a 21:00. Se evaluará, además, la posibilidad de ampliar este horario en los casos en que se decreten olas de calor.

A esta iniciativa se han sumado la Concejalía de Cultura y la Universidad de Alicante, a través de su Vicerrectorado de Cultura, que han donado una amplia bibliografía a disposición de todos sus visitantes.

Contra el cambio climático

Aguas de Alicante, empresa mixta participada por el Ayuntamiento, enmarca esto en su plan estratégico establecido 2022 a 2027, con acciones que le implican con la lucha contra la crisis climática desde múltiples vertientes, tanto las que afectan directamente a la gestión que hace del recurso hídrico.

Este es uno de los objetivos del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y que aparece mencionado en la Ley de Cambio Climático de 2022. A pesar de ello, no se detallan las características que deben tener estos espacios y tan solo menciona la necesidad de crear una Red de Refugios Climáticos en cada autonomía.

Es en las ciudades donde se están poniendo en marcha ciertas iniciativas para su creación. El comunicado pone los ejemplos de Barcelona, Valencia o País Vasco, a las que se suma ahora Alicante.

¿Y qué son?

No recogiendo expresamente la legislación cuáles deben de ser sus requisitos, de forma general se puede decir que los "refugios climáticos" son espacios en los que la ciudadanía puede protegerse del calor o del frío extremos durante unas horas, mientras dicho espacio mantiene su uso habitual.

Amelia Navarro y Sergio Sánchez, en la presentación del refugio climático Pozo 1.

En esta categoría entran tanto lugares interiores, como bibliotecas o centros cívicos, y exteriores, como parques o interiores de manzanas; espacios para que, cualquiera que lo necesite y que viera comprometida su salud, pueda descansar adecuadamente para reducir los síntomas de estrés térmico, por lo tanto, deben disfrutar de condiciones climáticas adecuadas: interiores climatizados y exteriores sombreados.

Si bien no pueden ser soluciones únicas, porque no resuelven el problema de la climatología extrema, y deben ir acompañados de otras medidas de adaptación como el aumento de la cobertura verde, entre otras muchas, los refugios climáticos empiezan a desempeñar un papel esencial en nuestras ciudades, densas y urbanizadas.

Mientras se avanza en estos otros ámbitos, las redes de refugios son críticas frente a la exposición a las denominadas islas de calor urbanas, ayudando a reducir la exposición y mejorando la capacidad de respuesta en momentos de estrés térmico.