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Llegan poco a poco los días de frío y con algunas precipitaciones en la provincia de Alicante. 

El otoño es una estación conocida por sus paisajes atractivos y sus tipicos colores cálidos, marones y rojizos. 

La provincia de Alicante alberga numerosos lugares repletos de naturaleza y un interior que aguarda tesoros naturales y rutas de senderismo que ofrecen paisajes espectaculares.

Irse de ruta de senderismo por la provincia siempre es una buena opción para disfrutar de un día de descanso y desconexión.

Molí del Salt

Existen múltiples rutas para recorrer los entornos de la provincia en otoño.

Una de ellas es la ruta del Molí del Salt. Ubicada en la localidad de Benilloba en el corazón de la comarca del Combat, alberga auténticos tesoros de la naturaleza.

La Ruta del Molí del Salt es una ruta de dificultad baja, lo que la hace ideal para senderistas de todos los niveles, incluidos aquellos que deseen disfrutar de una caminata en familia.

El recorrido, de unos 3 kilómetros (ida y vuelta), puede completarse en aproximadamente una hora, aunque muchos prefieren tomarse su tiempo para explorar los alrededores del salto de agua y el molino.

El nombre de esta ruta proviene del Molí del Salt, un antiguo molino harinero que funcionaba gracias a la fuerza del agua que cae en una impresionante cascada, de ahí el nombre "Salt" (salto en valenciano).

Este molino, como muchos otros de la zona, tuvo un papel fundamental en la economía agrícola de la región durante siglos.

Aunque hoy en día el molino está en ruinas, su estructura sigue en pie como un testimonio del pasado industrial de Benilloba.

El entorno del Molí del Salt es una delicia visual. Aquí, la cascada cae sobre un barranco rocoso, creando una piscina natural que en épocas de mayor caudal es un lugar magnífico para disfrutar de la belleza del agua.

El sonido del agua al caer y la vegetación circundante proporcionan un ambiente de paz que invita a la contemplación y el descanso.

Este recorrido es ideal para aquellos que buscan combinar naturaleza, historia y una dosis de aventura en un entorno rural.

Unos paisajes que se visten de tonos marrones y naranjas a la llegada del otoño. Además, los días de lluvia, las precipitaciones dejan en la tierra un agradable olor típico del otoño y de los días lluviosos, llamado "petricor".