España entera está rota después de los trágicos hechos que ha causado la DANA, que deja más de 200 fallecidos en Valencia, donde los que viven para contarlo se han quedado sin nada. Muchos de ellos han perdido la casa, el coche, o lo que es peor, a un ser querido.
Los medios de comunicación y las redes sociales se llenan estos días de fotos y vídeos de las riadas, de viviendas y negocios flotando y de personas escapando de la muerte. Algunas imágenes más recientes, muestran el estado las localidades afectadas tras el temporal. Y entre tanta tragedia, los miles y miles de voluntarios que se han trasladado a Valencia para ayudar.
Mayores y pequeños echan una mano en lo que pueden. Precisamente, la imagen de varios niños jugando entre el lodo y los vehículos apilados se hacía viral hace unos días. Lo que lleva a muchas personas a cuestionarse cómo está afectando esta tragedia a la salud mental de los más pequeños.
En este contexto, la psicóloga especializada en el manejo del duelo, Alma Serra, ha sido convocada por la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, a través del CEFIRE de Educación Inclusiva, Bienestar y Salud Mental, para impartir un programa de formación a los docentes de las áreas afectadas, con el objetivo de que puedan acompañar emocionalmente tanto a los alumnos como a sí mismos en este proceso de duelo colectivo.
Este programa, que Serra define como una "primera fase de acogida y regulación emocional", comenzó apenas unos días después de la tragedia, como una respuesta urgente para brindar contención y apoyo en las aulas.
Según Serra, en esta primera fase se desarrollan sesiones de formación que están enfocadas en tres pilares fundamentales: la acogida en el aula, la regulación del impacto emocional y la minimización del trauma. "Empezamos el lunes pasado, tras apenas un par de días de preparación, porque la gravedad de la situación requería actuar de inmediato", explica la psicóloga.
La acogida en las aulas
En estas primeras sesiones, Serra y su equipo han proporcionado a los docentes herramientas para recibir a los alumnos de forma adecuada, respetando el proceso emocional de cada niño.
"Una de las primeras medidas es no imponerles una rutina estricta de inmediato. Hay que dejar que se expresen, ya sea a través del arte, del juego o de cualquier otra forma que les permita exteriorizar sus emociones", detalla.
Serra enfatiza que la acogida es un proceso clave para reducir el impacto de lo que define como "trauma potencial". Aunque todos los niños han vivido una experiencia difícil, no todos desarrollarán un trastorno de estrés postraumático.
"El riesgo de desarrollar un trauma depende de múltiples factores: la edad, la vivencia concreta, y sobre todo, la forma en que se gestionan sus emociones en el entorno inmediato. Un ambiente que permita expresar lo vivido y donde haya adultos disponibles y empáticos es esencial", explica Serra.
Alcance del programa
El programa de formación de Serra ha tenido una acogida masiva entre los docentes valencianos, con un total de 10.000 plazas disponibles. Aunque ya hay 8.000 profesionales inscritos.
De ellos, 4.000 siguen las clases en directo. Sin embargo, como muchos aún se encuentran colaborando en las labores de búsqueda de personas desaparecidas o en la limpieza y recuperación de las zonas afectadas, también se ha habilitado la opción de visualizar el contenido en diferido.
El compromiso de los profesores ha sorprendido incluso a la propia Serra, quien destaca la seriedad con la que los docentes están afrontando este proceso. "Es impresionante ver el nivel de entrega. A pesar de estar afectados personalmente, demuestran una motivación extraordinaria para ayudar a sus alumnos", comenta Serra.
Acompañamiento y atención específica
Una vez finalizada esta primera fase de formación, Serra tiene previsto continuar con un segundo bloque de acompañamiento y supervisión de casos concretos en los centros educativos. Esta segunda fase se adaptará a las necesidades específicas que surjan y a las situaciones individuales de cada docente y alumno.
Además, se espera que para el segundo trimestre del curso, se implementen nuevos módulos de formación y seguimiento, que incluirán el manejo del duelo y el trauma de una manera más profunda y continuada.
El enfoque de Serra en esta etapa de seguimiento es poder trabajar mano a mano con los profesores en situaciones puntuales, ofreciendo orientación específica y herramientas para gestionar casos complejos. "Nuestra intención es continuar esta formación durante todo el próximo año, porque sabemos que el proceso de duelo y recuperación no se resuelve en pocas semanas", explica.
Los niños y el duelo
Serra también ofrece varias recomendaciones a las familias para apoyar a los niños en su proceso de duelo. La psicóloga destaca la importancia de limitar la exposición de los menores a las imágenes de la tragedia en los medios de comunicación, ya que pueden exacerbar el dolor y la confusión.
Aconseja responder de manera sincera y adaptada a las preguntas de los niños, evitando mentiras que, según su experiencia, los menores suelen percibir. "La clave está en adaptar la información según la madurez de cada niño y en elegir el momento adecuado para hablar", comenta.
Para Serra, permitir que los niños expresen sus emociones es esencial en su recuperación emocional. "Si necesitan llorar, que lloren; si necesitan gritar, que griten. Es importante que no se sientan reprimidos. La contención emocional es una forma de prevención del trauma", afirma.
La resiliencia de los niños
Sobre el impacto a largo plazo de la catástrofe en los menores, Serra explica que, si bien los niños suelen tener una gran capacidad para adaptarse y recuperarse, es crucial que los adultos que los rodean sepan gestionar sus propias emociones, pero sobre todo acompañar durante todo el proceso a los menores.
"La influencia del entorno es enorme. Por eso, cuanto antes se intervenga y se actúe en el entorno inmediato, mejor para su desarrollo emocional. La psicóloga insiste: "Los niños son muy susceptibles a cómo lo viven los mayores".
Respecto al tiempo necesario para que la comunidad valenciana se recupere emocionalmente de esta tragedia, Serra comenta que el proceso dependerá de varios factores.
"La respuesta social y el apoyo son fundamentales. La implicación de las autoridades, el tiempo dedicado a reparar el daño material y el acceso a apoyo psicológico marcarán la diferencia", explica. Aunque las cicatrices emocionales no se borrarán, Serra cree que si la sociedad se une en una respuesta organizada y los recursos llegan a quienes los necesitan, se puede mitigar el impacto a largo plazo.
Para Serra, "la salud mental en estos casos no es un asunto individual, sino colectivo". La recuperación debe entenderse como un proceso comunitario que no solo incluya a los afectados directos, sino también a aquellos que, desde fuera, viven la tragedia con un dolor compartido y reviven traumas pasados.
La labor de Alma Serra refleja la importancia de proporcionar una atención integral y continua en el tiempo, tanto para los niños y docentes directamente afectados, como para la sociedad en su conjunto.