La localidad de Ahillas.

La localidad de Ahillas.

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La aldea mágica que deberías visitar al menos una vez en la vida: está cerca de Alicante

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2025 ya está aquí y con su llegada vienen los propósitos de año nuevo y las ganas de empezar un nuevo ciclo con buen pie.

Si bien conviene ajustarse a la realidad a la hora de elaborar una lista de propósitos, existen algunas actividades al aire libre que siempre serán bienvenidas en una recopilación de deseos en cualquier época del año.

La provincia de Alicante se ofrece como una oportunidad para hacer realidad aquellos deseos relacionados con la naturaleza, el deporte y la desconexión.

Desde rutas de senderismo por la montaña hasta paseos filosóficos a orilla de la playa, nuestra provincia lo tiene todo para contentar a todos los amantes de la naturaleza.

En general, la Comunitat Valenciana es un lugar idóneo para realizar actividades al aire libre. Saliendo de Alicante, nos podemos encontrar con lugares mágicos como Ahillas.

Esta pequeña aldea perteneciente al municipio de Chelva es el destino ideal para una escapada este mes de enero.

Escondida entre las montañas de la comarca de Los Serranos, se revela como un refugio sereno para los amantes de la naturaleza, la historia y la calma rural.

Apenas dos horas de carretera desde Alicante bastan para transformar el paisaje: las arenas doradas dan paso a colinas salpicadas de almendros, viñedos que se extienden como alfombras verdes y un horizonte coronado por cumbres suaves. Ahillas, un conjunto de casitas de piedra y tejados rojizos, aparece como un susurro en la distancia, prometiendo un viaje al pasado.

Un lugar con encanto

Al llegar, el aire fresco y flagrante es lo primero que atrapa. En la plaza principal, un puñado de casas blancas rodean una iglesia encantadora, cuya campana resuena como un eco amable.

Los pocos habitantes de Ahillas te saludan con una sonrisa genuina, encantados de compartir su mundo contigo.

El ritmo aquí es pausado. Los días comienzan con paseos tranquilos por senderos que serpentean entre pinares y barrancos. Una de las rutas más cautivadoras lleva a la Peña de la Judía, donde las vistas panorámicas parecen abrazar la esencia misma del Mediterráneo interior.

Sabor y tradición

Después del esfuerzo, nada como un almuerzo en el único restaurante del pueblo, donde los platos caseros rinden homenaje a la cocina valenciana. Desde el embutido local, curado con paciencia, hasta el "arroz al horno" cocinado en leña, cada bocado lleva consigo historias de generaciones.

Para los amantes del vino, no puede faltar una visita a las bodegas cercanas, donde se producen caldos que aún mantienen métodos tradicionales. Un sorbo de su vino blanco fresco y afrutado es suficiente para entender por qué esta región ha sido un secreto bien guardado por los conocedores.

Ahillas es también un paraíso para los curiosos de la historia. Su pequeño pero fascinante museo arqueológico alberga hallazgos que narran la vida en estas tierras desde épocas iberas y romanas. 

El mejor final

El día en Ahillas culmina con una paleta de colores que sólo las montañas pueden ofrecer. Sentarse en un mirador, con una copa de vino en la mano, viendo cómo el sol tiñe de oro los campos, es el tipo de experiencia que se lleva para siempre en el corazón y de las cuales más nos acordamos al llegar el fin del año antes de comenzar un ciclo nuevo.