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Almojábanas Ayuntamiento de Redován
El postre típico de Alicante que se está perdiendo y es ideal para los días de frío: fácil y con pocos ingredientes
Esta receta de origen era la merienda preferida de los abuelos cuando eran niños, y su forma recuerda a la de un donut.
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En cada hogar, la cocina es mucho más que un lugar donde se preparan los alimentos; es un espacio de tradición, recuerdos y aprendizaje. Entre cacerolas y cucharones, las abuelas han sido, generación tras generación, las guardianas de las recetas más auténticas, transmitiendo secretos que no se encuentran en ningún libro de cocina.
Pero con el paso del tiempo, muchas de estas elaboraciones han ido quedando en el olvido, reemplazadas por productos industriales que, aunque cómodos, no pueden igualar el sabor y la calidad de los postres caseros.
Y es que pocas cosas hay más reconfortantes que el aroma de un dulce recién hecho, sobre todo en los días fríos, cuando el calor del horno invita a quedarse en casa.
Además, preparar repostería en casa no solo garantiza ingredientes más naturales y menos procesados, sino que también permite revivir costumbres que forman parte de la identidad de un lugar.
En la Vega Baja, una de esas recetas que merece seguir pasando de generación en generación es la de las almojábanas, un postre tan sencillo como delicioso, perfecto para acompañar un café o disfrutar en familia.
Ingredientes
- ¼ Kg. de harina
- 3 tazas pequeñas de agua.
- 1 taza de aceite de oliva.
- 5 huevos.
- Miel.
Para su elaboración
1. Preparación de la masa
Comenzamos preparando la base de las almojábanas. En una sartén o cazo, vertemos el agua junto con el aceite de oliva y lo llevamos a fuego medio-alto. Es importante esperar hasta que la mezcla rompa en un hervor suave, momento en el que añadiremos la harina de golpe.
Inmediatamente después de añadir la harina, removemos enérgicamente con una cuchara de madera. Es fundamental trabajar la mezcla sin parar para que la harina se integre bien y se forme una masa homogénea. Seguimos removiendo hasta que la masa se despegue por completo de las paredes de la sartén y se convierta en una bola compacta. Este proceso es clave para lograr la textura adecuada de las almojábanas.
2. Reposo de la masa y adición de los huevos
Retiramos la masa del fuego y la dejamos enfriar a temperatura ambiente. Este paso es esencial porque si incorporamos los huevos con la masa aún caliente, podrían cocinarse parcialmente antes de integrarse bien.
Una vez la masa esté templada, comenzamos a añadir los huevos uno a uno. Es decir, añadimos el primer huevo y mezclamos bien hasta que quede completamente absorbido antes de añadir el siguiente.
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Una imagen de archivo de la masa de las almojábanas
3. Formación de las almojábanas
Preparamos una bandeja de horno y la engrasamos ligeramente con aceite para evitar que las almojábanas se peguen durante la cocción.
Con la ayuda de una cuchara sopera, tomamos porciones de masa y las colocamos sobre la bandeja en forma de montones. Para darles su forma característica, nos untamos los dedos con un poco de aceite y, comenzando desde el centro de cada montón, hacemos un círculo hasta darle la apariencia deseada.
Es importante dejarlas bien espaciadas entre sí, ya que al hornearse crecerán y podrían pegarse unas con otras.
4. Horneado
Precalentamos el horno a 200ºC y, una vez caliente, introducimos la bandeja con las almojábanas. Horneamos hasta que adquieran un tono dorado y hayan subido adecuadamente.
El tiempo de horneado puede variar según el horno, pero suele estar entre los 20 y 30 minutos. Es recomendable no abrir la puerta del horno durante los primeros minutos de cocción para evitar que la masa pierda temperatura y no suba correctamente.
5. Baño en miel y almíbar
Una vez las almojábanas estén horneadas y hayan adquirido su característica forma dorada y esponjosa, las retiramos del horno y las dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
El toque final lo da el baño de miel y almíbar ligero. Podemos preparar un almíbar sencillo calentando a fuego medio partes iguales de agua y azúcar hasta que se disuelva completamente. Luego, con la ayuda de un pincel de cocina o una cuchara, bañamos las almojábanas con la miel y el almíbar para darles ese acabado brillante y un sabor delicioso.
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Así deben quedar las almojábanas, en una imagen de archivo.
Las almojábanas son un auténtico placer gastronómico que combina una preparación sencilla con un resultado espectacular. Con su textura ligera y el dulzor de la miel, son perfectas para disfrutar con una taza de café o té.