Hace poco más de medio siglo los heladeros de Alicante se unieron y crearon el que ahora es líder del sector en España, Helados Alacant. Joaquín Lancis, su director, presenta las innovadoras técnicas con la que han conseguido crear su formato único de tarta y los clásicos con que conquistan los postres. "Es muy bonito trabajar en una industria que provoca momentos felices", asegura desde su sede en Sant Vicent del Raspeig.
Rodeado de la historia en la que se ha construido este grupo, Lancis transmite entusiasmo. En las mesas y sillas de aluminio típicas de las terrazas de las heladerías van presentando los sabores que han preparado para esta temporada. Y a su lado están un par de modelos de carritos en los que dos de los socios fundadores repartían sus productos en la primera mitad del siglo XX.
En ese tiempo las tendencias de consumir helado han cambiado mucho. Y Helados Alacant quiere ser de los que innove al presentarlos. En 2022, con el cincuenta aniversario de su fundación, ya ofrecieron la más especial tarta de cumpleaños. La técnica que inventaron ahora la aplican con la misma línea que se aplican día a día, el gusto por los clásicos de la San Marcos y el que busca los contemporáneos de la Banoffee.
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¿Qué hace tan peculiar a esta tarta helada? Su logro es que han conseguido que esta habitual forma de consumirla por cortes pase a poder disfrutarse en bolas, así se puede servir en conos o copas. Esa innovación que registraron les permite ahora expandirse con más recetas en nuevas bandejas, que tienen que ser de un formato menos hondo del habitual "para que puedas hacer la bola cogiendo todas las capas".
Lograr este cambio, destacan, les permite ir más allá de las presentaciones de cremas aderezadas con extras de cobertura. "La cincuenta aniversario funcionó muy bien y eso es lo que nos animó", explica Lancis. Eso sí, prepararlas requiere un esfuerzo mucho mayor ya que requiere de un trabajo mucho más manual que realizan en días concretos del año en esta instalación cercana al campus de la Universidad de Alicante.
En esta planta, construida en 1992 y reformada en 2020, producen sesenta y cinco millones de litros cada año, dos tercios de los cien aproximadamente que lanzan al mercado desde sus cuatro sedes. En ella trabajan unas cuatrocientas personas al año, repartidas en tres turnos, con lo que lo habitual un día de verano es encontrarse que la están manejando unas ciento veinte.
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Separada entre oficinas y planta, la producción de productos como las tartas, cremas o bombones tiene sus días asignados para poder abastecer tanto a su red de tiendas como las externas. Durante la visita a la mayor planta que poseen se puede ver, por ejemplo, la preparación de la crema de mantecado, uno de sus sabores más tradicionales junto al turrón, chocolate y leche merengada, como detalla Lancis.
El control de calidad en el piso superior se encarga de analizar cada día en varias ocasiones el helado. "Hasta que no salgan los resultados de las pruebas del laboratorio de microbiología, no sale ninguno fuera de la fábrica", explica Pilar Sánchez, directora de operaciones en una instalación de 21.000 metros cuadrados que no detiene nunca las catorce líneas de producción que manejan.