Alicante

"El invierno es de verduras y el verano, de frutas", señala Ana Gironés en su puesto Frutas Gironés del Mercado Central de Alicante mientras alicantinos y turistas desfilan por delante de las cajas llenas de frutos.

La afirmación valía para otra época, pero cada vez está más cerca de perder validez debido al cambio climático que está desdibujando las estaciones. Otoño y primavera se comprimen y el calor ya ocupa en la provincia medio año.

Las consecuencias de la subida de los termómetros cada vez con más antelación hace que la fruta tradicional de verano acorte sus plazos y madure mucho antes de lo esperado.

"Como este año el clima está siendo tan atípico, se están adelantando", comenta la frutera, y pone el ejemplo los melocotones. Su nivel óptimo lo alcanzaban en julio, pero el calor ha hecho que el fruto madure un mes antes de lo que debería, estando ahora "en su mejor momento", asegura.

El calentamiento global obliga a romper con algunos pensamientos arraigados, ya que aún hay gente que piensa que maduran más tarde y, como advierte la responsable de Frutas Gironés, "quién no se dé, se queda sin probarlas", sobre todo, las frutas pequeñas: peritas de San Juan, ciruelas, ciruelas de fresa, brevas, ciruelas, peritas Castell...

"Es fruta muy pequeña que madura en 15 o 20 días y hasta el año que viene ya no habrá. Los alimentos de verano no son como las peras o las manzanas, son temporadas muy cortas y no pueden tenerse en cámaras porque siguen madurando", explica.

Una de las pocas cosas buenas que deja el clima seco y caluroso de este año en la provincia es el sabor. Es "muchísimo mejor" debido a la falta de agua. Gironés indica que esta circunstancia que parece contraintuitiva se produce porque "cuando un árbol no tiene abundancia de agua genera más azúcar".

"La falta de agua ha hecho que se haya tenido que ayudar a los árboles con riego, y parece fruta de secano, con poco tamaño pero con un sabor extraordinario, muy dulce", manifiesta. Donde más se nota la mejoría es en las ciruelas, las brevas o las peras, que han ganado en dulzor a cambio de un menor tamaño.

Este verano espera, como cada año, un buen nivel de ventas. Las frutas que más gustan son "los nísperos, albaricoques, cerezas, melocotones. Los reyes son el melón y la sandía. Y en julio vendrán mangos de Almería", apunta.

Precios

El incremento de otros alimentos como el aceite no ha afectado a la fruta. "No han subido los precios, lo que pasa es que, entre que termina la temporada de invierno y comienza la de verano, hay unas semanas que se encarecen porque hay menos existencias de las frutas de invierno y la de verano está comenzando", asegura Gironés.

Los frutos ya están empezando a bajar de precio a marchas forzadas debido a la llegada de piezas de verano. Un ejemplo son las brevas, que hace dos semanas estaban a 17 euros el kilo y ahora se pueden comprar por 8 euros, cifra que irá en descenso en las próximas semanas, cuando entre de lleno en su temporada.

"Esta semana, la fruta está bajando de media cuatro euros por kilo, es mucho dinero en tan poco tiempo. Como hay más productos, los precios se estabilizan y cuando estemos en plena temporada disminuirán más", señala.

La fruta es uno de los alimentos perecederos más delicados y están expuestas a las inclemencias climatológicas que pueden afectar a la cosecha, ya sean granizos o temporales que estropeen los productos, lo que a la vez podría influir en los precios para los próximos meses.