Alicante

Comer bien es uno de los lujos en los que está especializada la provincia de Alicante. Así lo reconocen las más prestigiosas guías y listas que constantemente recomiendan las visitas a los restaurantes del territorio. Que eso sea además a buen precio, también es posible. Y ahí es donde destaca Tabula Rasa.

Al mando de este local en la calle Alberola 57, en pleno barrio de Benalúa de la ciudad de Alicante, está el chef Rafael Molina con su socio Juan Pablo Valencia. Su local cumple cinco años abierto desde que salieron de La Ereta y tres de ellos han recibido el Bib Gourmand que ofrece la Guía Michelin por la mejor relación calidad precio.

Una de las formas de hacerlo posible es gracias al menú. Como explica Molina, su apuesta se centra en una degustación de 44 euros que incluye cuatro entrantes un principal que al mediodía es arroz y por la noche carne o pescado y un postre. Una decisión que tomar tras empezar con carta y comprobar que la gente pedía sus ideas: "Nos decían que no querían escoger, sino el menú. Ponedme lo que queráis".

El estar en el barrio de Benalúa cree que también marca su carácter. "Está pegado al centro pero no está en el centro con lo que estamos un poco fuera del circuito, así que el que viene es a propósito". 

Y son muchos los que lo hacen en su horario de miércoles a domingo. Molina agradece que ostentar durante tres años el sello Bib Gourmand hace que muchos extranjeros se acerquen a descubrirles. Así lo ha vivido esta misma semana con clientes de Grecia, Irlanda o Estados Unidos: "Era como la ONU", afirma risueño.

A eso añade su consolidación dentro del panorama local. "Ya tenemos un público alicantino y trabajamos todo el año sin altibajos porque con los dos no tenemos ningún problema", agradece. Por eso recomienda también tener en cuenta que para el fin de semana hay que pensar en reservas con una o dos semanas de antelación.

¿Qué es lo que busca ese público entre los 20 y 65 años que acude a Tabula Rasa? Molina tiene una respuesta clara: "Hacemos una cocina casi popular y no hay estridencias". Un modelo al que se han mantenido fieles porque "queremos gustar a un amplio sector de público".

Ese menú degustación que mencionaba es el que le permite ajustar la despensa "porque sé que tengo". Y eso se traduce en que las visitas a la lonja o mercados se centran en tener producto "siempre fresco". "No me interesa hacer grandes producciones de caldo", pone como ejemplo de su día a día.  

Tres recetas clásicas a las que da su actualización reflejan el método. Con el verano ha partido de La Pebrereta de La Vila Joiosa para un tartar de bonito, de las fiestas de las Hogueras ha escogido la coca amb tonyina para versionarla y de su localidad natal, Biar, ahora cogerá la olleta para el otoño.

"Quiero platos tradicionales que conserve su sabor y reivindicar un poco la cocina de Alicante que se está perdiendo porque se va al pan bao, el pulled pork. Y desde que abrí eso no ha entrado aquí", recalca. Por eso concluye que le "ponemos mucha emoción".