Un pueblo en el centro de la provincia de Alicante le robó el corazón al famoso locutor Carlos Herrera. En él brilla en particular la pastelería de Juanfran Asencio de quien el periodista escribió por su panetone que "nunca nadie habrá probado nada igual. Jamás".
Juani Navarrete, la esposa y también encargada de este negocio familiar, lo recuerda risueña: "Nos lanzó un poco a toda España". Y por eso recalca que "estamos muy, muy, muy agradecidos".
Para empezar el recorrido por esta relación hay que empezar por el momento en que decidieron apostar por este dulce italiano en Aspe. "No la he contado nunca", arranca con cierta timidez Juani sobre el origen de una premiada trayectoria internacional.
"En el 2011 estábamos juntos en la pastelería y, claro, encargaban tartas, pasteles de nata, tartas de crema y yo le comentaba: 'todo esto para viajar es que es un poco complicado con las temperaturas y el frío'", recuerda.
Juani se puso en el lugar del comprador y con un claro perfil: "Un dulce que no lo sea mucho, que llegue a todo el público y que se pueda compartir". Viendo su escaparate en la avenida Constitución valoraba que "tenemos muchas cosas" pero sabían que "nos faltaba eso en la pastelería".
La solución la encontró en ese momento Juanfran: "Lo estábamos hablando y dice, mira, justamente el panetone es un producto viajero, es un producto que gusta la mayoría, que es para tomar todos juntos, que gustan a los pequeños, a los mayores".
A trabajar
A partir de ahí, a investigar. "Se puso manos a la obra porque la técnica es complicada: las temperaturas varían mucho, no es igual hacer un panetone en verano como en invierno", indica.
Con el panetone ya ajustado, ganaban en otro aspecto: la desestacionalización. "Hicimos una página web solo para el panetone porque dijimos, queremos venderlo todo año", recuerda Juani.
Pero ¿cómo llegó Carlos Herrera a destacar en uno de sus artículos de prensa que "nunca nadie habrá probado nada igual"? La clave está en la propia Aspe. "Vino a hacer un programa sobre la uva del Vinalopó en el teatro Wagner", recuerda la pastelera.
La madre de Carlos
Tras terminar ese programa, el presentador fue a comer al restaurante Ya, donde se metió en sus cocinas y conoció a Vicente Botella. Con él entabló amistad y de ahí con Juanfran Asencio porque este le suministraba pasteles y tartas al local.
De aquello salió la costumbre de ir a la casa de Sanlúcar de Barrameda del presentador, donde los unos preparaban paellas y los otros llevaban dulces. Por aquel entonces aún estaba Blanca Crusset, la madre de Herrera, y juntos se pusieron a elaborar dulces en la cocina.
El tercer año que le visitaron le llevaron un panetone y le encantó de tal manera que el presentador decidió dedicar una columna a sus amigos en XL Semanal. En ella contaba su experiencia en Aspe y su predilección por sus paellas y dulces. "Fue un regalazo", agradece Juani.
La relación con la madre fue tanta que Juanfran le dedicó un panetone por su apellido Crusset, y así luce ahora en sus bolsas con su distintiva caja negra.
¿Y qué cuesta uno de estos dulces? Disponibles en varios tamaños, el más habitual es el de 900 gramos, con sabor a chocolate, chocolate y naranja o el de frutas, por 26,2 euros. El de 550 gramos está en 20,45 euros.