La cercanía de la Navidad pide celebraciones y en ellas la comida es imprescindible. Por eso los hornos trabajan muy duro estas semanas para poder acompañar esas especiales ocasiones. En la ciudad de Alicante la gente confía en sus hornos favoritos para encargar los mejores dulces, como el tradicional roscón de Reyes.
El trabajo es incesante en los hornos que aún preparan sus propias recetas. "Ahora mismo estamos liados con las pastas de Navidad", reconoce Silvia Bevià tras el mostrador de panadería Castell entre el incesante trasiego de clientes.
Almendrados, cocos, mantecados de aceite, manteca o almendra, se alternan con polvorones y nevaditos en este local de la avenida de los condes de Soto Ameno. "Es que hacemos un montón de cosas", apunta con el orgullo por el trabajo que se reconoce.
Y es todo eso lo que hace que "hasta que no pasa el día de Navidad, nosotros no empezamos a venderlo realmente". De hecho, este fin de semana, de forma excepcional, han preparado tres de esos roscones aprovechando que hacían toñas.
Los roscones de Reyes son el dulce "más importante" de todos los que preparan durante el año, "más que las monas", resalta Beviá. Y es que son muchos años los que han ganado premios en ambas categorías de la anterior asociación provincial de panadería y pastelería de L'Alacantí.
Este año están aún pendientes de saber si se presentan al nuevo concurso que organizará el gremio. Y es que al caer el 5 de enero en domingo esperan que van a vender aún más de lo habitual.
La razón es sencilla, como apunta, al caer el día en que tradicionalmente se come el roscón en domingo, los compradores de última hora no pueden acudir a los supermercados, aunque estas alternativas no sean comparable al de un horno tradicional.
Y por eso, aunque normalmente cierran en domingo, este año ya saben que les tocará abrir ese día para poder atender la masiva demanda que suelen tener cada temporada. A partir del día 26 de diciembre empezarán a coger los encargos.
Entre los que ofrecen se puede elegir en dos tamaños, mediano o grande, y con relleno a elegir entre cuatro sabores o sin cremas, que es "el que más se vende aquí, el tradicional sin relleno" y que lleva la fruta confitada por encima.
Si se prefiere el extra de sabor, lo hay en trufa, nata, crema y cabello de ángel. Lo que no hacen, pese a que más de un cliente lo ha pedido por capricho, es mezclar sabores. "Pedirme me piden de todo, pero no se puede hacer de todo con el follón que tenemos", cuenta.