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Hay días en los que la inspiración en la cocina no parece ser la invitada. Abrimos la despensa con la esperanza de que un milagro gastronómico salte a nuestros brazos, pero lo que encontramos son básicos: garbanzos, patatas y quizás alguna hortaliza que lleva días esperando su momento de gloria.

En esos momentos, un plato clásico como el potaje de garbanzos al estilo alicantino se convierte en la mejor solución. No solo es sencillo, rápido y económico, sino que también es un viaje a los sabores de la cocina mediterránea, con su toque de tradición y calidez hogareña.

Además, estas últimas semanas de fiesta han sido acompañadas de excesos gastronómicos y muchos son los alicantinos que buscan volver poco a poco a unos hábitos alimenticios saludables.

Ingredientes para un potaje rápido de hacer

  • 400 gramos garbanzos cocidos
  • 2 Patatas
  • 1 Cebolla
  • 2 Zanahorias
  • 1 Puerro
  • 200 gramos de acelgas o espinacas
  • 2 Dientes De Ajo
  • 1 cucharadita de Curry
  • ½ cucharaditas de Cúrcuma
  • 1 cucharadita de Comino en polvo
  • 1 litro de Caldo De Pollo
  • Aceite De Oliva

Paso 1

En una cazuela, calienta un chorrito generoso de aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla y el ajo, y sofríe hasta que estén dorados y fragantes. Incorpora el puerro una pizca de sal y cocina hasta que quede bien dorado.

Paso 2

Agrega todas las especias y remueve rápidamente para evitar que se queme. De inmediato, vierte el agua o caldo.

Paso 3

Incorpora las patatas y zanahorias troceadas y y cocina a fuego medio durante 15 minutos o hasta que las patatas estén tiernas.

Paso 4

Una vez que las patatas estén casi listas, añade los garbanzos cocidos y las acelgas. Cocina durante 5-10 minutos más para que los sabores se mezclen.

Paso 5

Prueba el caldo y corrige de sal y pimienta al gusto. Si prefieres un potaje más espeso, puedes machacar un par de trozos de patata en el caldo.

Si bien siempre puedes optar por una elaboración más sofisticada, cuando no tienes mucho tiempo y quieres cenar algo rico, este potaje es una receta flexible que combina ingredientes sencillos, de esos que casi siempre tenemos en casa, con una elaboración que no requiere grandes habilidades culinarias.

Es ideal para quienes buscan una cena nutritiva, reconfortante y llena de sabor, sin invertir demasiado tiempo o esfuerzo. Además, al ser un plato típico de la gastronomía alicantina, conserva ese carácter mediterráneo que tanto nos gusta: fresco, equilibrado y con la esencia de la tradición.

En Alicante, como en otras regiones de España, los potajes son una parte fundamental de la cocina de toda la vida.

Pero este, en particular, tiene la virtud de ser ligero, adaptándose perfectamente a cualquier época del año. Ya sea en invierno para calentarnos o en una noche fresca de verano, siempre será bien recibido.