La protectora de animales 'Asoka el Grande' en Alicante es la residencia de 105 perros y 70 gatos, que están buscando una familia que les quiera para toda la vida. Este albergue nació del proyecto de tres voluntarios, que "cansados de ver cosas que no les gustaban" en otra protectora de animales, decidieron montar la suya propia en el año 2000.
Esta asociación, sin ánimo de lucro, pasó de terreno en terreno hasta su actual ubicación; un campo de unos 4.000 metros cuadrados situado en la partida de Fontcalent.
Ahora, Asoka el Grande gestiona otros dos albergues en Orihuela y Castalla. Aunque en el caso de Alicante, están trabajando en la construcción de un nuevo albergue al que poder mudarse, ya que el actual no cuenta con 20.000 metros cuadrados, que exige la normativa para ser catalogado como núcleo zoológico.
Esta protectora, como tantas otras en España, sobrevive principalmente del dinero que llega de las donaciones de sus socios, así como de las actividades que organizan los cerca de 50 voluntarios que colaboran en ella.
La vicepresidenta de la asociación, Pilar Esteva, cuenta que la ayuda que reciben por parte del Ayuntamiento es inexistente, porque para recibir alguna subvención tendrían que catalogarse como albergue municipal. Esteva sabe que, en la mayoría de los casos, los albergues municipales, también conocidos como perreras, están obligados a sacrificar cuando hay 'sobreabundancia' de población. Y eso es algo que no están dispuestos a aceptar.
Canelita, la perrita con mirada dulce de la protectora.
El objetivo de Asoka es dar un hogar a los animales más deteriorados. "Nosotros tengamos o no tengamos sitio, si cualquier persona nos llama para decirnos que ha encontrado un perro herido, enfermo o atropellado, nos hacemos cargo sin dudarlo".
Abandonos
Preguntamos a Pilar si es cierto que en verano se abandonan más perros y gatos, a lo que ella responde que es cierto, pero cada vez se da con menos frecuencia. "La gente abandona animales esporádicamente; alguno más en verano, pero no una cantidad tan exagerada como hace unos años. Llevo en protección animal más de 30 años, y antes notaba mucho más el abandono en estas fechas", afirma Esteva.
También preguntamos si las cifras de abandono se han incrementado con la pandemia. "Nosotros no lo hemos notado mucho porque en el momento en el que llegó el coronavirus, con el confinamiento, cerramos la protectora a todos los niveles". Sin embargo, sí que notaron que con el confinamiento "la gente se lanzó en avalancha a intentar adoptar. Pero, fue la picardía de poder salir a la calle a pasear".
Casos sensibles
Pilar Esteva cuenta un caso tan curioso como escalofriante. Hace poco tiempo que los voluntarios de la protectora consiguieron rescatar a un perro de un campo, que llevaba encerrado allí solo más de un año y medio. Al parecer, los abuelos habían muerto y el hijo se había ido de casa, y al perro lo dejaron solo allí sin agua ni comida. "Ha conseguido sobrevivir todo este tiempo gracias a los vecinos de la zona que le han dado agua y comida a través de la valla. De no ser así, el perro estaría muerto".
El estado del animal: orejas 'echas polvo' y presencia de leishmaniasis (enfermedad parasitaria causada por la picadura de un mosquito infectado). Por suerte, ya está siendo tratado y en busca de una segunda oportunidad.
Otro caso reciente que han visto los voluntarios del albergue ha sido el de una pequeña perrita de raza pinsher. El animal llegó con heridas en las patitas, que se había producido ella misma al intentar comérselas. "Yo pienso que lo hace como muestra de ansiedad por separación, pero no lo sabemos cierto", explica Esteva.
El antes y el después de Mora, en apenas unas semanas desde que llegó a Asoka.
Finales felices
En lo que va de año, el albergue ha acogido a 139 perros. De ellos, 80 han sido adoptados en Europa. La protectora lleva el registro de todas las entradas y salidas de animales que se producen; datos que han permitido confirmar que, cerca del 80% de los adoptantes reside en otros países europeos. En 2021, tan solo 12 de los perros han sido adoptados por ciudadanos residentes en España. Y al menos 8 de esas adopciones han sido de perros adultos e incluso enfermos.
"La gente, en general, pregunta por cachorros y los quiere a medida. Pero parece que la tendencia está cambiando y la gente está más conciencia que antes", cuenta la vicepresidenta de Asoka.
La conclusión es que hay muchísimos perros, y también gatos, que buscan un hogar, una nueva familia que les quiera y les cuide el resto de su vida. La vicepresidenta de Asoka concluye la entrevista hablando sobre la principal ventaja que tiene adoptar a un perro adulto: "Ellos lo saben; lo notan. Y luego lo poquito que tienen lo valoran mucho más. Además, de la satisfacción personal de haber salvado la vida a un animal y ver como poco a poco se recupera y cambia por completo".