Alicante

Se define como modista porque diseñador "lo odia a muerte". Lorenzo Caprile es muy claro al hablar y así lo prueba en Alicante, donde ha repasado una carrera que le sitúa como uno de los mejores de España ante un público totalmente entregado.

Llega al MACA con el Festival internacional de teatro clásico, Fitca, para hablar con la excusa de Las locuras por el veraneo en el Principal de una parte de su profesión como figurinista que considera "sobre todo, unas mini vacaciones, porque es trabajar en equipo, es no tener el peso de la responsabilidad".

Su trabajo en los escenarios está principalmente vinculado al del director Eduardo Vasco, de quien se considera "una herramienta en sus manos". Un trabajo en conjunto con el "que ya vamos a cumplir 20 años de relación, más que muchos matrimonios".

Frente a la presión del trabajo en televisión, donde es jurado y presentador en Maestros de la costura, y de la moda, subir sus vestidos al escenario "es un poco un descanso porque las grandes decisiones las está tomando él, que es el que firma. En ese sentido, para mí son unas mini vacaciones mentales".

Ese respiro que se da no implica calma total. "Es mucho trabajo y siempre hay prisas y siempre hay agobios", matiza. A lo que reitera que "es precioso trabajar en equipo, sentirse parte de una gran familia; aquí en el taller estoy ya muy solito" aunque "tengo mi equipo y todo lo que tú quieras, pero es otro tipo de relación".

Siendo uno de los más reconocidos modistas de España, con habitual presencia de sus trabajos en revistas, Caprile es muy pragmático sobre esta línea en los escenarios: "No nos olvidemos que es ropa de trabajo, muy bonita y muy espectacular, pero al final es ropa de trabajo".

María Dolores Padilla, Rosa Castells y Lorenzo Caprile ante las obras del Equipo Crónica en el MACA. M.H.

Ejemplo de ello lo tiene cerca, en el nuevo montaje de Luces de bohemia que está vistiendo para este otoño en el Teatro Español. "Por el texto son prendas de invierno: abrigos, chaquetones… Y todos me están pidiendo, 'Caprile, por favor, que nos vamos a morir con los focos. Quítame forros, entretelas, lo que te parezca, pero facilita un poco la vida'".

Eso prueba una de sus formas de afrontarlo: "Aquí estás prisionero, entre comillas, de un texto y de unos actores". De su relación con ellos, desde Carmen Machi en Mérida a Cayetana Guillén-Cuervo en el Español, fue poniendo diversos ejemplos.

Lorenzo Caprile observa 'En el ocaso' de José María Yturralde, obra que volverá a sede de la Fundación Mediterrráneo. M.H.

Esta última la recuerda en particular como "uno de mis vestuarios preferidos". Y la razón para que lo fuera es porque fue "que más me costó", porque "lo que más te gusta es de lo que sientes más orgulloso".

A diferencia de otros trabajos con brillantes coloridos u ostentosos para representar el siglo XVI, en El Malentendido de Albert Camus optaron por "un vestuario minimalista, sencillísimo". El de "Cayetana es un delantal gris y un jersey de cuello vuelto, pero claro, tenía que ser el delantal".

"Entonces, libertad, ¿qué es la libertad? En este mundo del siglo XXI, nadie es completamente libre. Siempre estás atado a algo. Y bienvenido sea porque eso también es muy estimulante: el saber que tienes que cumplir una serie de cosas y a partir de ahí empezar a trabajar", concluye.