El anuncio ayer de la retirada definitiva del decreto para la creación de una empresa pública que gestione las concesiones sanitarias es la "puntilla" de Ana Barceló como consellera. Así lo explica desde el PP el diputado alicantino José Juan Zaplana, que recuerda cómo Mónica Oltra (Compromís) ha ganado la batalla contra la socialista alicantina.
Es más, asegura "la derrota ha dejado en una posición de debilidad dentro del pacto Botánico al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y a su portavoz en las Cortes, Manolo Mata, que la han defendido hasta el final". Mata incluso se ha llevado una querella por su vehemencia. Por eso Zaplana considera que Barceló debe dimitir "por dignidad" o Puig debe precipitar una crisis de Gobierno.
Y para ello ya aputan a una posible sucesora que está "calentando en la banda": la exgerente de AERTE y actual comisionada de Puig para la compra de material sanitario e inversiones en infraestructuras, Maria José Mira. La secretaria autonómica de Modelo Económico y Financiación, ahora que desde Moncloa le han dicho que no a sus reclamaciones de fondos.
El fracaso
La retirada del decreto para la creación de una empresa pública que gestionase los hospitales revertidos -el próximo el de Torrevieja, gestionado por Ribera Salud-, las concesiones de las resonancias magnéticas y la farmacia hospitalaria, no es una derrota menor. Sobre todo porque el PSOE lleva meses dedicando esfuerzos humanos y económicos en su creación.
Tal y como informó este diario el 19 de mayo, incluso un plantel de altos cargos de la Conselleria se reunieron con el comité de empresa del departamento de salud de Torrevieja para denostar el modelo de reversión de Alzira y alabar las bondades de la empresa pública.
El director de Recursos Humanos, su subdirector, el director de Negociación Colectiva informaron a los trabajadores que el modelo de trabajadores "laborales a extinguir" aplicado en Alzira era un desastre. Y es el modelo que ha logrado imponer Oltra a Barceló en los últimos días. Aún así la socialista ha defendido todo lo contrario contra sus socios de Gobierno, sindicatos y oposición durante meses por "criterios técnicos".
Por eso Zaplana se pregunta: "¿Al final han primado los criterios técnicos o los políticos a la hora de retirar el decreto de la empresa pública?". Este varapalo se suma a otros cosechados por la consellera de Sax, como cuando anunció en mayo del año pasado que el Gobierno le había puesto una "matrícula de honor" a su plan de desescalada y una semana después lo echó por tierra.
Y es que la pandemia está pasando factura a la consellera. Ahora sólo cabe esperar a si habrá una crisis de Gobierno este verano y es una de dirigentes que caé del Consell.