El debate está servido. El inicio del curso escolar en la Comunidad Valenciana plantea nuevas incógnitas respecto a una posible nueva ola de Covid-19. Sobre todo, porque los datos de vacunación entre menores no son todo lo buenos que debería esperarse a estas alturas. Según el Ministerio, al menos se ha puesto una dosis a 321.286 a niños y adolescentes, un 75,7% de ese segmento de población a vacunar.
Ante esta situación, la organización autonómica de Enfermería, compuesta por el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA) y los tres colegios provinciales (Valencia, Alicante y Castellón) se ha sumado a la Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (ACEESE) para emitir un comunicado en el que solicitan la importancia de la presencia de la enfermera escolar en los centros educativos.
CECOVA recuerda que el pasado julio el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJ-CV) anuló la resolución de 13 de junio de 2018, de la Conselleria de Educació, Investigació, Cultura i Esport y de la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública.
En ella se dictaban instrucciones y orientaciones de atención sanitaria específica en centros educativos para regular la atención sanitaria al alumnado con problemas de salud crónica en horario escolar, la atención a la urgencia, así como la administración de medicamentos y la existencia de botiquines en los centros escolares.
Despropósito
El ente colegial autonómico presentó en 2018 un recurso a esta medida al considerar “un despropósito que los docentes tuvieran la responsabilidad de actuar ante una urgencia sanitaria de un alumno, crear y mantener un botiquín y crear y manejar ficheros de carácter sanitario”.
Por ello, en el último comunicado que ha emitido el CECOVA junto a ACEESE, se insiste en que, tras la anulación por parte de la justicia del pasado mes de julio, “la atención al niño con enfermedades crónicas en el ámbito escolar es competencia de los profesionales de Enfermería, y que, por eso, cualquier incidencia en este ámbito debe ser atendida por un profesional de Enfermería y no por un docente”.
Desde el CECOVA y la ACEESE han insistido en que “la enfermera escolar debe estar dentro de los centros escolares, para un mejor seguimiento y tratamiento de estos niños con patologías crónicas y también para mantener la salud del resto de escolares”.
En este sentido, han alertado de que “muchas de las urgencias que surgen en el ámbito escolar deben ser tratadas en apenas unos pocos minutos como puede ser una reacción alérgica, un ataque epiléptico o una hipoglucemia grave en un niño diabético”.
Desde la conselleria de Educació, Salut Pública se ha descartado la contratación de personal de Enfermería Escolar y ha asignado cada centro educativo público a un centro de salud de Atención Primaria. Tal y como han recordado desde el CECOVA, “los/as enfermeros/as de Atención Primaria continúan realizando su labor asistencial propia pero incrementada por el aumento de positivos por Covid, el seguimiento de los casos positivos, la clasificación en las puertas de los centros de salud y las visitas domiciliarias, a todas estas tareas se les va a sumar la interlocución con los centros escolares”.
Desde la Asociación Científica de Enfermería y salud Escolar (ACEESE) y el CECOVA han defendido, así, la figura de la Enfermería Escolar, “al ser el profesional idóneo y capacitado para realizar el seguimiento, la prevención y la detección de signos y síntomas del COVID-19”.
“La enfermera escolar tiene las suficientes herramientas y conocimientos sobre el sistema sanitario para realizar una correcta coordinación con el resto de las instituciones sanitarias fuera del colegio, como pueden ser los centros de Atención Primaria o de Salud Pública de cada departamento de Salud”, han detallado en su comunicado.