En una jornada en la que la Comunidad Valenciana se ha quedado, junto con Navarra, sin conocer los datos de la incidencia del Covid-19 por un problema informático del Ministerio de Sanidad, el debate ha estado centrado en el conocido como pasaporte Covid. Ante el anuncio del president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig de establecer "la obligatoriedad" del certificado Covid en todos aquellos lugares "donde sea razonable", ya han surgido las primeras voces contrarias a esta medida por ser ineficaz e incluso acabar produciendo un efecto contrario.
Una de ellas es la del doctor en Medicina Preventiva y Salud Pública Salvador Peiró, quien ha confesado sentirse "distante" con esta decisión porque, en principio, los vacunados "pueden contagiar a otros vacunados y a los no vacunados, y viceversa".
A su juicio, el certificado covid "genera falsas confianzas" de que al estar vacunados todos los que están en el establecimiento "no va a pasar nada" y eso, afirma, "es un error".
Considera que pedir el certificado covid y mantener las medidas de mascarillas y ventilación en los interiores "puede ser un intento de dar un empujón a la gente no vacunada para que lo haga". Tras señalar que otros países europeos tienen muchos más casos que los que hay en España, indica que estas decisiones políticas tienen "caras y cruces: la cara de empujar a la vacunación y la cruz de generar una falsa confianza de que los vacunos no pueden transmitir. Esto es un error".
Por otro lado, no cree que la incidencia de la covid-19 suba tan rápido como para tener que adoptar restricciones en Navidad, aunque advierte de que más que en el incremento de contagios "en lo que tenemos que fijarnos mucho es en las cifras de hospitalización".
"El dato importante para tomar medidas es cuántos hospitalizados hay cada día", asegura en declaraciones a EFE el investigador de la Fundación de Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio), que indica que en estos momentos no se pueden ver las cifras de incidencia del coronavirus con la "interpretación prevacunal", cuando no había personas vacunadas en todo el mundo.
Por otra parte, Peiró ha valorado la propuesta de nuevo semáforo covid que esta tarde Sanidad planteará a las comunidades autónomas y que revisa al alza los umbrales de los indicadores de incidencia del coronavirus ante la menor presión hospitalaria.
No estamos para entrar en pánico
"Las cifras no dicen lo mismo" que antes de la vacunación, indica Peiró, que añade que en estos momentos "hay que tomárselo con tranquilidad porque tenemos dos epidemias diferentes: una es la que tenemos en los no vacunados y otra en los vacunados".
Esto, añade, con una "diferencia peculiar, que los no vacunados son sobre todo jóvenes y los mayores de 60 años están prácticamente todos vacunados. Unos por jóvenes y otros por vacunados, nos están dando muy pocos casos hospitalarios".
A juicio del epidemiólogo, "a estas alturas no podemos ver las cifras de incidencia con la interpretación de hace un año, cuando no había vacunados en casi todo el mundo. Ahora nos toca fijarnos mucho más en las cifras de hospitalización".
Según Salvador Peiró, aunque la incidencia de casos "te sigue avisando de cómo van a ir las cosas, se ha disociado la relación entre el número de afectados y las hospitalizaciones".
También indica que los ingresos hospitalarios han disminuido mucho y la situación es muchísimo mas tranquila que la que hemos tenido antes con el mismo número de casos: "No podemos interpretarlo igual y no estamos todavía para entrar en pánico, necesitamos muchos más casos para hacerlo".
Los vacunados contagian
Según explica, las vacunas que se administran en la actualidad "reducen pero no cortan las cadenas de transmisión", e indica que probablemente seguirán subiendo los casos porque "hay muchos asintomáticos en este momento, por joven o por vacunado, que seguramente no detectamos".
Peiró indica que la "gran diferencia" entre España y los países del centro de Europa es que mientras en nuestro país prácticamente el 100 % de los mayores de 60 años está vacunado, en el resto tienen bolsas muy importantes de personas con esa edad sin vacunar.
"Los vacunados contagian, sus cargas virales son prácticamente iguales a las de los no vacunados", aclara para añadir que en otros países se han adoptado medidas como confinar a los vacunados o impedir su acceso a locales "por empujar a la vacunación, al tener tasas muy bajas".
A Peiró le "molesta" la idea de generar "la falsa confianza de que como estamos todos vacunados podemos ir sin mascarilla", y advierte de que los interiores "son peligrosos para los vacunados y los no vacunados".
Por ello, insiste en que es necesario mantener la mascarilla y la ventilación en interiores porque, añade, "si las cosas empiezan a ir peor y los hospitales empiezan a tener casos, tocará volver a aforos y a restricciones horarias en sitios donde se junta gente en interiores".
Al contrario, afirma, los exteriores no le preocupan, ya que se precisa cierto tiempo de contagio para la transmisión y si la hay "es de uno en uno" frente al caso de los interiores, donde los aerosoles siguen persistiendo aunque no esté el contagiador.