Alicante

Solo el 19 % de la juventud valenciana recurriría a ayuda profesional en caso de sufrir ansiedad y un 11 % lo haría en situaciones de estrés. Unas cifras preocupantes cuando, según el estudio sobre salud mental y juventud que prepara el Consell Valencià de Joventut, el 46,15 % de las personas jóvenes afirman haber sufrido depresión.

El trabajo que se publicará en la primera mitad de 2022 alerta de que este colectivo ha sentido en un 73,3 % ansiedad y en un 80,6 %, estrés. Como recoge Efe, la vicepresidenta del CVJ Irene Peris reconoce que "llama poderosamente la atención que las patologías mentales con mayor incidencia, como el estrés y la ansiedad, son aquellas donde hay una menor predisposición a pedir ayuda".

Esa situación contrasta con la predisposición a acudir a estos profesionales en otros casos. "Cuando hablamos, por ejemplo, de estrés postraumático o trastornos alimentarios, enfermedades sobre las cuales hemos oído hablar más, la cantidad de personas jóvenes que recurrirían a la ayuda profesional supera el 80 %", explica.

El avance de estos resultados del estudio confirma para Peris que hay que seguir trabajando sobre estas áreas. "Es la prueba de que para acabar con el estigma y animar a la gente joven a pedir ayuda hay que normalizar la salud mental, hablar de ella en casa, en la escuela y en la calle", destaca.

El tabú

El freno para acudir a profesionales está en que se considera un tema tabú. Así lo piensan el 70 % de los encuestados en este informe. Y eso a pesar de que una cifra muy similar, el 67 %, afirma que la pandemia ha visibilizado los problemas de salud mental.

¿Cuáles son las razones por las que surgen estos problemas? En este avance señalan los cinco más importantes y sobre todos ellos destaca la incertidumbre sobre el futuro, con un 74,4 %. Le siguen a distancia la inestabilidad laboral (67,54 %), los problemas económicos (66 %), el aislamiento social (56,92 %) y se cierra con las dificultades para la emancipación (51,69 %).

En todas las patologías, las personas jóvenes entre 25 y 30 años son las más proclives a recurrir a la ayuda profesional de una persona psicóloga o psiquiatra con valores que superen el 90 %, excepto el estrés que representa el 72,27 %. En cambio, la juventud menor de 25 años prefiere buscar el apoyo de la familia y las amistades.

"La predisposición a pedir ayuda profesional aumenta en la medida en que nos hacemos mayores, puesto que tenemos una mayor autonomía y más recursos a nuestro alcance. Por eso es tan importante mejorar la atención psicológica en la sanidad pública y extender la presencia de las profesionales de la salud mental más allá del ámbito hospitalario, como, por ejemplo, en los colegios", indica Peris.

Un factor que puede afectar a esta cuestión es que el 78,4 % de los participantes cree que los recursos que se destinan a la salud mental de la juventud son insuficientes. A eso se añade que el 69 % piensa que los centros de Atención Primaria no están preparados para atender sus problemas de salud mental.

Entre las acciones de intervención propuestas en la encuesta, la que tiene mayor aceptación es facilitar el acceso a profesionales de la psicología en otros ámbitos diferentes del sistema de salud. A eso añadirían el aumentar el número de profesionales de salud mental en Atención Primaria, incrementar el número de centros especializados en salud mental e impartir talleres de educación emocional en los centros educativos.

Esta primera parte del estudio recoge las encuestas realizadas a 650 personas jóvenes de entre 16 y 30 años residentes en la Comunitat Valenciana. La muestra atiende a parámetros de representatividad y distribución en función de variables como la edad, el área territorial, el origen y el sexo, describe el Consell de la Joventut.

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