El fin de semana pasado, EL ESPAÑOL De Alicante informó de la muerte de un hombre de 57 años por un infarto después de que le atendiese inicialmente una unidad del Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU) sin médico. Esta semana se ha conocido la cifra de ambulancias sin facultativos en la provincia de Alicante: entre el 30 y 40%.
El Sindicato Médico de Comunidad Valenciana (CESM) tiene en su poder un informe elaborado por los facultativos del servicio en el que se culpa directamente a la Conselleria de Sanidad de los problemas en las emergencias de lo que califican de "los peores momentos de su historia".
Aseguran que el problema es "debido en parte a la carencia de médicos, pero también a la mala gestión e imprevisión por parte de la Dirección del Servicio de Atención Sanitaria a las Urgencias y Emergencias (SASUE), y de la Dirección del Servicio de Emergencias Sanitarias (SES)".
Y apuntan directamente a su responsable, a Begoña Arcos: "que no es médico SAMU y viene precarizando al servicio y a sus trabajadores", afirmando que "ha conducido a muchos sanitarios al abandono del SAMU y a que otros que podrían haberse integrado en la plantilla no quieran hacerlo".
En este escrito los médicos aseguran que Arcos "quiere cubrir el agujero administrativo por la falta de facultativos, que ella misma ha originado, mediante un fraude de ley enviando unidades SAMU sin médico, sustituyendo en los Soporte Vital Avanzado de Enfermería (SVAE) al médico por un técnico de la empresa privada y otorgándole al enfermero capacidades profesionales para las que no están autorizados".
Y alertan de que esta política expone a estos sanitarios "primero a la comisión de delitos, y segundo, a graves y futuras consecuencias penales, saltándose la legislación estatal. Sin olvidar las posibles repercusiones económicas en caso de fallecimiento o grave discapacidad de algún usuario del SAMU sin médico o del SVAE".
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Y es que "en el caso de denuncia, el seguro de responsabilidad civil del personal de enfermería no se haría cargo de las sustanciosas indemnizaciones al haberse extralimitado en sus funciones al realizar acto médicos para los que no están capacitados legalmente".
En este punto, el informe de CESM es claro: la Conselleria "salva su situación administrativa y ahorran una gran cantidad de dinero, ya que no abonan el sueldo del médico en los dos casos, pero siempre a costa de provocar un fraude de ley, un fraude en la asistencia a los pacientes, poner en peligro la salud de los mismos y favorecer la posible comisión de delitos".
Otros problemas
Los médicos denuncian que la Conselleria ha eliminado la obligatoriedad de Diploma en Transporte Sanitario Medicalizado (DTSM) para ser médico o enfermero SAMU, "aunque esta medida sea la más lesiva para los usuarios del sistema universal de salud publica. Esto es como si ya no exigieran ser intensivista para trabajar en las UCI, ser anestesista para anestesiar en quirófano o no ser oftalmólogo para operar de cataratas".
Para los facultativos "una buena solución para evitar la retirada del requisito de estar en posesión del DTSM seria convocar los cursos. En los dos últimos anos no se ha convocado ninguno para médicos".
Respecto a los sueldos, los médicos explican que "hoy en día se contrata con conceptos peregrinos aprovechando algunos resquicios legales, de tal manera que cada guardia de veinticuatro horas, que antes cotizaba a la Seguridad Social como cuatro días trabajados (inicialmente cinco y medio), y ahora cotiza solo como dos días".
Del mismo modo, "la guardia de doce horas, que cotizaba como dos días, hoy solo cotiza como un día. Esto, por supuesto, le ahorra a la administración una buena cantidad de dinero, que le están restando al trabajador al no contemplar el pago de las partes proporcionales de vacaciones, pagas extra, etc.".
En este sentido, "ahora se cubre guardia a guardia para ahorrarse la cotización y las partes proporcionales, y lo que a la Conselleria le supone un importante ahorro, al mismo tiempo, aumenta tanto la sensación de precariedad, como la de inseguridad e inestabilidad laboral en el trabajador". Y provoca la huida de profesionales a otros servicios con contrataciones más estables y seguras.
Malas condiciones
También se quejan del estado de las bases en las que esperan las llamadas o "que no se contemple el complemento de nocturnidad, peligrosidad ni la jubilación anticipada, teniendo en cuenta la idiosincrasia del trabajo en el SAMU, que está activo veinticuatro horas al día todos los días del año y que puede ser enviado para atender una emergencia a cualquier sitio del territorio".
Los médicos también denuncian que "nos toca acudir a las guardias con nuestra fiambrera y comer los alimentos que llevemos desde nuestro domicilio o comprados en cualquier supermercado o casa de comidas recalentados en el microondas". "Para más inri y demostración de autoritarismo se nos tiene vetado acercarnos a cualquier establecimiento de venta de alimentos en nuestras horas de guardia".
Además, los facultativos informan de que el material y la organización del servicio lo realizan funcionarios "que no han pisado en su vida una ambulancia asistencial". Por lo que se adquiere "material, medicación e instrumental que podrían ser útiles en un centro de salud o en una sala de hospital, pero que carecen de toda utilidad en la forma de trabajar de nuestras unidades de emergencia".
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Por último, apuntan a la supresión del CICU en cada provincia para unificarlo en Valencia. Contrariamente a lo que manifestó la exconsellera Ana Barceló sobre las ventajas de la centralización los médicos afirman que "el sistema actual también ha propiciado el deterioro en la gestión de los avisos y el que se hayan introducido profesionales en el CICU sin la suficiente formación, cualificación o experiencia en emergencias sanitarias para desarrollar labores de gestión de las mismas y que sean ellos los que clasifiquen la demanda y administren los recursos asistenciales".
Para finalizar con el sistema de cobros de guardias, lo que califican el "oscuro" sistema de asignación de las mismas, las asignación de las vacaciones, las "listas negras" o la tergiversación de las informaciones sobre la falta de médicos de los sindicatos de enfermería.