Alicante

El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón (PP), acompañó el pasado martes al millar de manifestantes que recorrieron las calles de municipio en protesta por la precariedad de la asistencia sanitaria en el departamento de salud desde su reversión desde la gestión público-privada de Ribera Salud a la de la Conselleria.

Un día después de la manifestación, el primer edil explica a EL ESPAÑOL: "Esto no tiene pinta de solucionarse. Hace dos semanas hablé con el conseller y hubo un desembarco de cargos. Pero no se ha tomado ninguna medida efectiva. Sigue la gerente, pero manda una asesora. Y encima se suman las nuevas dimisiones".

Para el alcalde torrevejense "hacía mucho tiempo no veía a tanta gente indignada en las calles de Torrevieja con la política sanitaria de la Generalitat". "Hace falta un plan de emergencia ya. Esto no puede continuar así porque no sólo son ya las urgencias, ni el hospital, son los dos grandes centros de salud".

Como ha venido informando este diario, las colas en ambos centros no sólo se han producido durante el verano, cuando la población flotante se incrementa. Siguen las esperas para cita y no con el médico propio, sino con el que haya disponible. 

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"Voy a esperar a finales de este mes para volver a hablar con el conseller Miguel Mínguez, pero mi sensación es la del pasotismo más absoluto por parte del Gobierno de la Generalitat. A partir de octubre vamos a ser mucho más contundentes", anunció el alcalde.

Sus palabras coinciden con las del comité de empresa que a partir de la semana que viene van a plantear movilizaciones a las puertas del hospital, los centros de salud e incluso ante la Conselleria de Mínguez en Valencia. "Respaldo absolutamente todo lo que salga del comité de empresa porque ellos son los que trabajan allí, saben qué pasa y cómo solucionarlo", asegura Dolón a este diario.

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En opinión del alcalde es difícil evaluar el impacto de esta pérdida de calidad asistencia en el turismo del municipio. "Pero lo que es un hecho es que se han multiplicado las quejas y de ser un municipio con la mejor calidad asistencial hemos pasado a ser de los peores. Y en muy poco tiempo, porque en Alzira el proceso duró mucho más. Aquí la pérdida de calidad se ha notado en seis meses".