"A día de hoy nos llegan personas que todavía presentan algunos síntomas que se prolongan a lo largo del tiempo. Hay gente que todavía dice 'esa que murió no era mi madre'", señala Lola Collado. Esta psicóloga, una de las profesionales que atendió las llamadas psicológicas de personas que buscaban apoyo en la Fundación Salud y Persona, es una de las voces que aparece en un amplio y contundente estudio cualitativo promovido por Grupo ASV Servicios Funerarios.
Esta mercantil, líder de funerarias en la provincia de Alicante con más de 25 instalaciones, acaba de publicar el informe 'Secuelas del Covid-19 en la superación del duelo', con motivo este 21 de junio del tercer aniversario del fin del primer estado de alarma que se decretaba en España para afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19.
Según ha podido observar Collado, muchos de los pacientes no han podido pasar por las fases de duelo -negación, ira, negociación, depresión y aceptación-. “Algunos se quedan en la negación o en la tristeza. Esto ha producido un aumento de diagnóstico de depresión y trastornos de ansiedad, como las fobias a las enfermedades”.
Cabe recordar que las restricciones que se decretaron durante la pandemia de la Covid-19 en marzo de 2020 modificaron la celebración de los rituales funerarios. Con el fin de evitar una oleada de contagios, las autoridades españolas solamente permitieron a tres personas acudir a los funerales y se impidió el acceso a los tanatorios durante varias semanas.
Este hecho, junto con lo inesperado de las muertes, ha dado lugar a que algunas de las personas afectadas prolonguen su duelo más de lo normal. Y, por consiguiente, sufran una serie de problemas de salud mental que todavía persisten tres años después.
“Aún voy a su casa y todavía no te imaginas su muerte. Piensas que lo vas a encontrar por ahí. Como no lo he visto en el tanatorio, te crees que es una peli de ficción y piensas que en cualquier momento va a estar ahí”, explica F.P.S. Su tío murió de Covid durante la primera oleada después de acudir a una feria de calzado en Milán y a su funeral solo pudieron acudir dos personas.
Además de los testimonios de diferentes psicólogos o de familiares de víctimas que no pudieron hacer el ritual de despedida, el informe también recoge la de otros actores sociales que contribuyeron en la pandemia a gestionar de forma directa el duelo de las personas afectadas.
El capellán del hospital
José Tomás Marco es el capellán del Hospital de Alicante. Ofició los actos funerarios de aquellas personas que fallecieron a consecuencia de la pandemia. “No es cuestión de que te ayude o no un rito a superarlo. La cuestión es que lo natural y lo esencial que es despedirse no se ha dado, por lo que da igual que pasen 3 años, la cuestión es que mucha gente no ha podido ver a su familiar”.
Entre los feligreses con los que ha podido hablar pudo notar “rabia e impotencia por la incomprensión de unas leyes que no han estado a la altura de las circunstancias”. Según ha podido observar “el luto se ha llevado, pero queda una herida abierta que no van a superar”, explica el religioso.
La importancia de la despedida
Se pone de relevancia en este informe por otra parte la importancia de la despedida que no se produjo. Las personas que perdieron a sus familiares en pandemia todavía sienten la necesidad de despedirse de ellos.
Es por ello por lo que una de las medidas que los expertos en salud mental recomendaron para minimizar el impacto del duelo fue la celebración de rituales simbólicos. Estos, según los expertos consultados, contribuyeron a una mejor gestión del duelo y ponen de manifiesto la importancia de los rituales funerarios como un paso necesario para la superación de la muerte.
“Todo ritual que hagamos ayuda a conectar con lo ocurrido y, aunque produzca dolor y angustia, es un proceso que los pacientes deben pasar porque ayuda a conectar con el ser querido; por ejemplo hablar de él o celebrar su cumpleaños”, explica la psicóloga Victoria Meléndez.
En este sentido, otra de las expertas consultada para este informe, Luisa Pedrero, psicooncóloga especializada en duelo de Grupo ASV, recuerda el caso de unos niños muy afectados por la pérdida de su abuelo a los que recomendó celebrar uno de estos actos. Escribieron en un trozo de papel un pensamiento de amor, lo ataron a un globo de helio y lo hicieron volar para mandárselo a su abuelo. “Esto no solo ayudó a los niños a superarlo, sino también a los padres”, culmina.
Un 20% de pacientes
Para Andrea Cerrejón, psicóloga clínica, un duelo patológico suele durar más de un año y puede prolongarse todo el tiempo que la persona no lo atienda. “Posiblemente haya gente ahora que esté viviendo un duelo patológico y no sepa a qué se debe su estado anímico”.
Aunque no se cuentan con cifras reales sobre el número de personas atendidas en consulta por duelo complicado, algunos expertos consultados en este informe han ofrecido datos que pueden ayudar a comprender el grueso de personas que acuden a terapia por esta circunstancia:
La psicóloga especializada en duelo en Grupo ASV Servicios Funerarios, Victoria Meléndez, notó un incremento del 20% de pacientes con duelo complicado en su consulta, algunos de estos casos están relacionados con la pérdida de un ser querido a consecuencia del Covid.
Por su parte, la también psicológica y coordinadora de grupos de apoyo de ASV, Nuria Javaloyes, afirma también que en su consulta un 20% de los pacientes afectados por duelo complicado se debe a no haber podido realizar rituales de despedida durante los años de pandemia
Según datos facilitados por la Fundación Salud y Persona del total de las llamadas recibidas por situaciones de duelo en relación a la pérdida de un ser querido, entre el 10% y el 12% de los casos acaban derivando en duelos patológicos. Según un informe del Hospital de Orihuela, de 2020 a 2021 el hospital atendió a 20 pacientes por duelo complicado.