Alicante

La imprevisión por parte de la Conselleria de Sanidad que dirige el socialista Miguel Mínguez a la hora de acordar los planes de vacaciones con los sanitarios en la Comunidad Valenciana eleva el número plantas cerradas en los hospitales de las tres provincias, con especial incidencia en Alicante.

Según los datos del informe de la propia conselleria para negociación de las vacaciones, el Hospital General de Alicante pierde 88 camas durante los meses de julio, agosto y septiembre. A eso se le une el comarcal de Sant Joan, que cubre parte de la población de Alicante más los de la comarca de l'Alacantí, que pierde 44 camas para tratar a los pacientes. Estas cifras se conocen a días de que finalice el Gobierno del socialista Ximo Puig.

Pero es que los hospitales de referencia de las otras dos provincias, el General de Castellón y La Fe de Valencia no están mucho mejor. En Castellón se pierden 60 camas cada uno de los tres meses y en Valencia esa cifra se eleva a las 121 camas perdidas durante julio y septiembre y hasta 218 durante el mes de agosto.

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El retraso a la hora de hacer la convocatoria de plazas de médicos para cubrir las vacaciones, como ha venido denunciando el Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana (CESM-CV) ha obligado a prescindir de muchas plazas hospitalarias en la Comunidad en pleno periodo vacacional: hasta 849 en el mes de agosto.

De hecho, nuevamente los médicos son los peor parados en los contratos del Plan de Vacaciones a la hora de las sustituciones. Tan sólo se han hecho 723 contratos de médicos (9,8%) de los 7.588 contratos de sanitarios. 

Sin embargo, habrá sustituciones de 2.624 enfermeras (el 34,5% de todos esos contratos) y de técnicos, para lo que se ha contratado a 2.302 personas (30,4%). Lo curioso del asunto es que la conselleria de Mínguez ha contratado a más celadores (989) e incluso a más administrativos este verano (773) que médicos.

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Desde el ámbito sanitario consideran este hecho como "absurdo" ya que sin médicos no hay diagnósticos y prescripciones y por tanto no se pueden aplicar los tratamientos necesarios a los pacientes, por muchas enfermeras, técnicos y celadores que haya en los hospitales.  

No es la primera vez que sucede esto. Durante la pandemia de Covid-19 también se privilegió a las categorías de enfermeras, auxiliares o celadores por el encima de los médicos a la hora de las contrataciones de refuerzo. Este hecho provocó en las últimas elecciones sindicales que sindicatos sectoriales como el CESM-CV ganasen los comicios por encima de los sindicatos de clase.