Reducir la obesidad con técnicas milenarias de Japón, el "producto único" de la UMH

La Universidad Miguel Hernández (UMH) apuesta por soluciones sostenibles que fomenten la economía circular y en la que ponen la naturaleza como protagonista para ofrecer nuevos productos y servicios que mejoren el día a día de las personas. Es el caso de la iniciativa empresarial Innovation Labo Technologies de su Parque Científico, que ha creado productos beneficiosos para la salud a partir de las propiedades del olivo y el granero.

El proyecto inteligente elabora ingredientes ecológicos destinados a ayudar a personas con obesidad, y la hipertensión y diabetes relacionada, así como productos cosméticos para la piel. La empresa nació en el 2018, y desde entonces tiene extensas plantaciones de olivas y granadas. De ellas utilizan los componentes y ricas propiedades de estas plantas mediterráneas para extraer el microbioma de hojas, pieles y tallo para fermentarlo.

El catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Vicente Micol, explica que su trabajo consiste en "comprender los ingredientes de las plantas y sus microorganismos para extraer una especie de caldo fermentado en el que se encuentran propiedades que se pueden usar como complementos alimenticios o cosméticos en vía oral, o aplicados en la piel para protegerla".

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El responsable de Innovation Lab asegura que se trata de una estrategia global que va desde el cultivo hasta el producto final, todo de manera sostenible empleando las técnicas milenarias de la fermentación japonesa. "Estos métodos tienen entre 3.000 y 4.000 años. Antes se hacían de forma tradicional y ahora se emplean nuevas herramientas". De este modo es como se realizan algunos de los alimentos más famosos de la gastronomía nipona, como el miso, la salsa de soja, el saque e incluso el vinagre de arroz. 

La unión de la empresa ilicitana con Japón no se queda ahí, ya que colabora con otra innovadora propuesta que comparte su nombre y que se dedica a las mismas elaboraciones, pero con plantas asiáticas. De hecho, un grupo de 40 científicos japoneses visitaron la finca de Elche el pasado 30 de octubre para conocer más sobre la propuesta local.

"Producto único"

El plan agrícola inteligente usa "los microorganismos que tenemos en el propio recinto para tratarlos de manera metagenómica y mediante secuenciación masiva para detectar cuáles queremos". De ahí consiguen un "producto único", apunta, ya que, a pesar de que hay muchos extractos de olivo o granada en el mercado, ninguno tiene esas características que le otorga el proceso de fermentación, que se hace "a baja temperatura y puede tardar de 15 días a seis meses".

El objetivo fundamental de la empresa es el cuidado de la salud. Por un lado, la elaboración previene y ayuda a aquellas personas con obesidad y las patologías que están asociadas a ella, ya sea actuando en los lípidos en sangre o ante la hipertensión. El experto muestra su preocupación por esta situación en España, que ha triplicado las cifras desde los años 70, con más del 21 % de la población adulta y uno de cada seis niños y adolescentes con obesidad, según la Encuesta Nacional de Salud.

La piel también se puede beneficiar del proceso ecológico, ya que su aplicación o consumo en píldoras "previene el envejecimiento, la oxidación de la piel y la protege de la radiación ultravioleta del Sol", apunta Micol, quien resalta que no son fármacos, sino el paso previo antes de recurrir a ellos.

Diferencias entre España y Japón

Con la llegada del próximo año, el catedrático espera que ya se pueda comercializar en Europa y en España, donde están terminando de adecuar todos los permisos sanitarios para su lanzamiento. Sin embargo, las creaciones naturales ya se pueden encontrar en el mercado asiático y americano, donde han tenido muy buena acogida.  

"Estamos vendiendo en Japón, China, Tailandia, Malasia, países del sudeste asiático. En Estados Unidos también se ha comenzado a vender y saldrá el próximo año en Europa". En este aspecto, la compañía ilicitana se distancia de la hermana japonesa en el nivel y facilidades para la producción y la venta, ya que "el entorno empresarial en Japón y en España no tiene nada que ver, la sociedad allí es muy competitiva y es muy favorable para el desarrollo de productos, con un mercado mucho más maduro que el nuestro".

El problema en España, según el científico, es que hay pocas empresas dedicadas a la biotecnología, "es una parte muy pequeña de nuestra economía que se debería desarrollar mucho más, ya nos gustaría ser la mitad de lo que tiene Alemania, Reino Unido o Estados Unidos".

"Las cargas a las empresas son excesivamente altas, eso no ayuda, es muchísimo más alta que en otros países, lo que limita la capacidad de innovación", sentencia Micol, quien agradece a la Universidad Miguel Hernández su apoyo y adelanta que ya están planeando nuevas fórmulas con romero y cítricos.