Zaragoza

La cuenca del Ebro inicia el nuevo año hidrológico tras 12 meses de importante "recuperación" y varios ejercicios marcados por la sequía. Las lluvias y las aportaciones en forma de nieve han permitido normalizar la producción eléctrica y agrícola y que las actividades de navegación hayan vuelto a los ríos.

Las últimas tormentas han hecho, también, que ríos como el Huerva vayan a salir de los niveles de emergencia que venían arrastrando, aunque otros, como el Guadalope, seguirán en una situación "apurada".

En los próximos meses, correspondientes a la época de llenado, habrá que extremar la alerta, ya que, ante episodios extraordinarios, podría ser necesario desembalsar agua, según han explicado Miguel García Vera, jefe de la oficina de Planificación; Esther Ruiz, responsable del SAIH, y María Luisa Moreno, jefa del área de Hidrología de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

En este último año hidrológico, las precipitaciones han sido de 650 litros por metro cuadrado de media, un 14% por encima del promedio de los últimos 20 años. Esto ha favorecido especialmente a la margen izquierda, pero no tanto a la derecha, que sigue un 20% por debajo.

La nieve también ha jugado un importante papel, con dos picos a mediados y finales de marzo y una fusión muy lenta debido a las bajas temperaturas que hizo que las aportaciones se fueran hasta bien entrado julio.

Todo esto hace que el volumen de agua embalsada sea muy superior, no solo al año anterior, sino a la media de los últimos ejercicios, con 4.500 hectómetros cúbicos. En este punto, destaca especialmente la situación del Arga, el Aragón, el Gállego y el Cinca.

El Huerva, por su parte, ha pasado de un estado "muy crítico" a tener reservas por encima del 80%, y en el embalse de El Grado tuvieron que hacerse crecidas para Semana Santa por lo que pudiera venir.

El balance, en general, es positivo, pero la cuenca del Ebro tiene muchos matices, con puntos que siguen sin recuperarse. Se trata de una situación que "hay que vigilar", sobre todo en las zonas más vulnerables con cultivos de secano.

Retraso con Yesa

En cuanto a las grandes obras hidráulicas, Mularroya continúa avanzando y Santolea se encuentra en prueba de carga. El recrecimiento de Yesa, sin embargo, suma un nuevo retraso "por la complejidad de la obra".

Los trabajos están ejecutados "a más del 80%", pero al tratarse de un embalse que sigue prestando servicio todo resulta más complicado. "Hay un nuevo modificado y se está a la espera de que se apruebe cuanto antes por parte de la Administración General del Estado", han apuntado fuentes de la Confederación. No sé prevé, sin embargo, que entre en servicio dentro de este ciclo de planificación, que acaba en 2027.