Zaragoza

No quiso llamarlo infructuoso, pero el presidente de Aragón, Jorge Azcón, se movía entre una cierta decepción e insatisfacción por no haber logrado todos los acuerdos o compromisos que deseaba de la bilateral con Pedro Sánchez. En su agenda figuraban hasta 44 peticiones “urgentes” y “estratégicas” -43 si se descuenta el Perte VEC III anunciado dos días antes-, pero únicamente consiguió que el Gobierno central se comprometiera con una de ellas.

Ese “único fruto”, como definió ante los medios, era el incremento del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE), que crece de 60 millones a 86, financiados a partes iguales por ambos gobiernos. Sin embargo, no es más que una forma de solventar que Aragón no forme parte del Fondo de Compensación Interterritorial que Sánchez prometió duplicar.

Y, aunque desde el entorno del presidente aragonés reconocen que esperaban poco de la bilateral, creen que se ha limitado a una estrategia de Sánchez para hacerse la foto con los líderes autonómicos. La definen como una reunión “anodina”, con un “buen anuncio” para Teruel, pero que se podía haber resuelto con la propia ministra y que el socialista “se ha sentido obligado”, afirman.

De hecho, en el seno del Gobierno aragonés esperaban que la actitud de “lealtad” que se ha mantenido en las últimas semanas se tradujera en más resultados. Estos días mantuvo reuniones con todos los grupos parlamentarios para fijar un documento común de propuestas, bajando uno o dos tonos el volumen en el Pleno de las Cortes.

Lejos se quedaron otras peticiones, también enfocadas a Teruel, como la aplicación de las ayudas al funcionamiento empresarial, aunque Azcón dejó patente el malestar de la Comunidad con la comparación con la financiación singular con Cataluña.

Hablando de dinero, 81 millones, los que, según Azcón, perderá la Comunidad en las aportaciones del Estado en 2025 por razones de despoblación. El aragonés pidió un encuentro con el Ministerio de Hacienda y Sánchez “tomó nota”, dice el popular, aunque apenas le suenen a “palabras huecas”.

Un pequeño compromiso logró traerse en el AVE de vuelta fue una bilateral -o grupo de trabajo- con el ministro de Transportes, Óscar Puente, para tratar de avanzar en las infraestructuras pendientes en el territorio. Lo hace al amparo de la disposición adicional sexta del Estatuto de Autonomía, y ahí se tratará la larga lista de demandas de la Comunidad, como la A-23, A-21, A-22, A-68, A-40, A-25 y N-260.

Por no dejar, apenas hubo momentos para las anécdotas, más allá de las tres medidas de la Virgen del Pilar que Azcón regaló a Sánchez en los prolegómenos del encuentro, y que el socialista aceptó de buen agrado y poniéndosela en la muñeca. Si de algo ha servido es para que Sánchez ya tenga algo en común con el popular Alberto Núñez Feijóo, que también se puso la nueva cinta cachirulo en su última visita a Zaragoza.