Raúl Gascón
Zaragoza
Publicada
Actualizada

Fueron dos horas y media de discurso el miércoles y otras diez de debate con todos los grupos el jueves. El primer Debate sobre el Estado de la Comunidad de Jorge Azcón acabó haciéndose largo, en medio de una densa lluvia que apenas dejaba entrar algún mínimo rayo de sol por los ventanales del majestuoso Palacio de la Aljafería, que vistió sus mejores galas para uno de sus eventos políticos más importantes del año.

Más allá de las miradas al reloj entre los asistentes a la grada, Azcón tiró de datos, que siempre se pueden mirar de una forma u otra, aunque eso no le impidió salir de su primer Debate con el deseado acuerdo unánime sobre financiación resquebrajado y con los Presupuestos más lejos que nunca. Los focos iban a estar en su ruptura con Vox, o en la sanidad y educación, ambas con huelgas y manifestaciones en ciernes, así como por la apropiación de las últimas inversiones milmillonarias que aterrizaban en la Comunidad.

Lo primero que hicieron varios grupos de la oposición tras el discurso de Azcón fue reseñar su duración. “Se ha hecho un Fidel Castro”, murmullaba un diputado. “Seré breve, para compensar”, dijo el portavoz de CHA, José Luis Soro. “Ha sido largo, quizá el más largo de la historia”, insinuaba la socialista Mayte Pérez. En el rostro de más de un diputado se notaba cansancio, y algún que otro invitado salió rápido -si no se había ido ya- en cuanto la presidenta de las Cortes, Marta Fernández, levantó la sesión.

La oposición comenzó a afilar los cuchillos para la jornada del jueves, donde tenían la oportunidad de rebatir punto por punto el discurso de Azcón. Los paraguas protagonizaron este segundo día, incluso en algunos momentos teniendo que hacer fila a la entrada de Palacio para guardarlo en un plástico. Una mañana en la que se juntaron entre la grada de invitados lo que puede ser pasado y ¿futuro? de las Cortes: el expresidente Javier Lambán, que volvía al hemiciclo un año después, y el diputado en el Congreso Jorge Pueyo, que acabó siendo casi más protagonista en el turno de CHA que el propio portavoz. Afuera, aguantando la lluvia, los trabajadores de Aragón TV, en huelga por los incumplimientos del convenio por parte de la productora Chip Audiovisual (Henneo).

Fuera de los titulares, las doce horas de debate dejaron diversas anécdotas y nombres propios absolutamente inesperados. Martin Luther King apareció en dos ocasiones, en boca de Azcón y Soro, que también mencionó al rey Nabucodonosor de Babilonia, y Abraham Lincoln salió de Pérez. También hubo momentos de ironía, como el minuto y medio con el que arrancó la portavoz socialista deslizando las virtudes de un presidente “humilde, discreto, austero y que huye del autobombo”, los dardos de Izquierdo (PAR) a Guitarte (Teruel Existe), o la gratitud de Podemos a Vox... “por salirse del Gobierno”.

Aunque uno de los momentos que más murmullos generó en ambas bancadas fue cuando Azcón recordó sus noches de copas con Borja Sémper y Santiago Abascal. Los tres se conocen desde hace más de 20 años, e incluso Azcón y Abascal coincidieron como líderes de las Nuevas Generaciones del PP en Aragón y País Vasco. Una amistad que, al menos, sirvió de chascarrillo en los pasillos de las Cortes cuando sus señorías enfilaban los caminos que llevan a la cafetería.