Raúl Gascón
Zaragoza
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El Gobierno de Aragón prevé finalizar este 2024 con una deuda de 9.340 millones de euros, que sería la mayor cifra de su historia y alrededor de 160 más que en diciembre de 2023. Los últimos datos, correspondientes al pasado 30 de junio, ya se sitúan en 9.344 y un 19,4% del PIB regional. Un ratio, no obstante, que ha roto la barrera del 20% de los últimos años gracias a la buena dinámica de la economía de la Comunidad, y podría bajar hasta el 18,5%.

Así lo ha reconocido el director general de Presupuestos, Ignacio Barquero, en su comparecencia en las Cortes de Aragón, donde no ha aclarado las fechas y plazos del Ejecutivo para dar a conocer el Presupuesto de 2025. Sin embargo, sí ha asegurado que el Gobierno “no contempla” una prórroga de las cuentas actuales, sino que trabajan bajo un escenario de aprobar una nueva ley con las medidas fiscales que anunció el presidente Azcón.

Para aprobar un Presupuesto, el primer paso del Gobierno aragonés sería presentar el techo de gasto, que marca el límite que las administraciones pueden gastar. Esta cantidad, explica Barquero, será “similar” a la de 2024, en torno a los 7.500 millones de euros, con posibilidad de crecer alrededor de un 2%.

En esta ocasión, a la hora de diseñar las cuentas, hay dos variables que fijarán las previsiones, además de la minoría parlamentaria del Gobierno de Azcón. El primero son los 87 millones menos que va a recibir del Estado por el sistema de financiación autonómica y la pérdida de población. “Nos dijeron que las comunidades íbamos a crecer un 2,5%, y nadie nos avisó de que perderíamos 87 millones”, ha denunciado el director general.

Después, la definición final del Presupuesto se marcará por el reparto de déficit que apruebe el Gobierno de España. El primer intento, que fijaba un 0,1% para las comunidades y un 2,4% para Moncloa, no fue aprobado por PP, Vox y Junts, que reclama un 0,8%. “No vamos a dejar de prestar ningún servicio ni ponerlo en riesgo, independientemente del déficit. Vamos a garantizar los servicios de sanidad, educación y derechos sociales, pero todo el déficit se lo queda el Estado”, ha criticado Barquero.

Oposición

El director general de Presupuestos ha comparecido a petición de PSOE y Vox, que han tratado de indagar sobre las líneas maestras de las cuentas de 2025. Los socialistas ven un contexto económico “despejado”, pero con el problema de la minoría parlamentaria para sacarlas adelante por sí solos. “Faltan votos. Lo que pide su socio es reducción de impuestos. Si unimos esa bajada de recaudación con promesas de millones e inversiones, nos deja preocupados. Las familias a las que les rebajarán esa herencia de grandes patrimonios estarán más tranquilas”, ha incidido su portavoz, Óscar Galeano.

Mientras, desde Vox esperan que la rebaja de impuestos sea “un primer paso” en el proceso de reforma fiscal, al mismo tiempo que alerta sobre el riesgo de incrementar más la deuda al disponer de más déficit. “Aunque se diga que no hace falta gastarlo todo, con toda la presión política que se genera, tener esa posibilidad es muy golosa y se acaba gastando. El déficit es pan para hoy y hambre para mañana. Hace que los Presupuestos del futuro tengan más difícil garantizar la sostenibilidad”, ha asegurado.

Por su parte, el resto de la oposición se ha centrado en la pérdida de 87 millones de aportaciones del Estado. Desde CHA aseguran que ya están trabajando “de forma discreta” en buscar “soluciones” por medio del diputado en el Congreso Jorge Pueyo. Además, Teruel Existe teme que una reducción de los recursos afecte en las inversiones en el territorio y quede como “gestores de servicios públicos”. Finalmente, IU tiene claro que hay “margen” para afrontar esa cantidad siempre que no se bajen impuestos “indiscriminadamente”.