Aragón lanza un plan de gestión de residuos que requiere de 71 millones para cumplir objetivos europeos
Este plan ve necesaria la instalación de 200 nuevos puntos limpios por el territorio, así como la construcción de plantas de tratamiento biológico en Huesca y Teruel.
El Gobierno de Aragón ha diseñado un “ambicioso” plan de reciclaje y gestión de residuos con el reto de cumplir con los objetivos marcados por la Unión Europea para esta década. Se trata de una iniciativa que busca transformar la manera en que la comunidad gestiona sus residuos, alineándose con las directrices europeas sobre sostenibilidad y transición hacia la economía circular. En global, se busca alcanzar un 60% de reciclaje para el año 2026 y reducir al 20% los residuos domésticos que se llevan al vertedero en el 2030.
En total, este plan estima que requerirá de inversiones por 71 millones de euros para alcanzar estos objetivos con la instalación de nuevas infraestructuras y la adaptación a los nuevos requerimientos. De ellos, hasta 40 millones ya están asegurados procedentes de fondos Feder y Next Generation hasta 2027, mientas que el resto serán partidas del Gobierno de Aragón o procedentes del Ministerio para ser transferidos a los ayuntamientos, que son, al fin y al cabo, quienes ostentan las competencias de basuras y gestión de residuos.
Así, este plan ve necesaria la instalación de hasta 200 nuevos puntos limpios por el territorio aragonés, de forma que todas las comarcas dispongan de, al menos, un espacio fijo y otro servicio móvil. Igualmente, contempla la construcción de dos plantas de tratamiento biológico en Huesca y Teruel para tratar residuos previos al vertido; tres estaciones de transferencia en Barbastro, Fraga y Alcañiz para trasladar los residuos; 15 plantas de tratamiento biológico para gestionar residuos de pequeño tamaño, distribuidas por el territorio.
Ya para el próximo 2025 se prevé lanzar dos líneas de subvenciones a municipios procedentes de fondos europeos. Una de ellas será de 6 millones de euros para la instalación de puntos limpios, y otra de 1,8 millones para labores de compostaje.
El objetivo, exponen desde el Gobierno de Aragón, es pasar de una economía lineal basada en el “fabrico, vendo, consumo y tiro” a una circular donde se diseñe cualquier producto pensando en “qué va a pasar cuando ya no sea útil”. “El plan no solo pretende ser una solución a corto plazo para la gestión de residuos, sino una piedra angular de una comunidad comprometida con el medio ambiente”, ha reseñado el consejero del ramo, Manuel Blasco.
El contenedor marrón
Del mismo modo, este plan ha marcado también como objetivo la clausura y sellado de los vertederos municipales cuando lleguen al final de su vida útil. De los que están actualmente distribuidos por el territorio, los de Ejea y Calatayud se encuentran pendientes de la clausura y Barbastro, Fraga y Alcañiz alcanzarán su vida máxima antes de 2030. Mientras, los de Zaragoza, Huesca y Teruel todavía se prolongarán durante una o dos décadas más.
Además, también plantea la extensión de la recogida separada de biorresiduos, es decir, el conocido como “contenedor marrón” ya implantado en Zaragoza, restringido mediante tarjeta. No obstante, también propone opciones para otros municipios, como la recogida puerta a puerta.
Aragón, con bastante retraso en los objetivos
Con este plan, se pretende alcanzar los objetivos marcados por la Unión Europea para la presente década, en los que Aragón ya se encuentra bastante por debajo de los hitos que fijan las directrices. De hecho, en 2022 había reducido la generación de residuos municipales un 6,3% respecto a 2010, cuando los objetivos marcados son llegar a un 10% en 2020 y a un 13% en 2025.
Respecto a los objetivos de reciclaje de residuos municipales, Aragón ha alcanzado en 2022 un 38% de residuos reciclados, mientras que los objetivos marcados por la directiva exigen un 50% en 2020 y un 55% en 2025.