Los pueblos valencianos afectados por la DANA, continúan recuperándose poco a poco. Administraciones públicas, privadas y voluntarios de todas partes de España, se afanan para recuperar la normalidad (y la limpieza) cuanto antes. Entre los dispositivos que han ido a ayudar, están los aragoneses, concretamente en Catarroja.
El operativo aragonés cuenta con 120 efectivos en el terreno, y están coordinados desde el puesto de mando avanzado. Carlos Serrano, director de operaciones de protección civil de Aragón, explica el alcance de esta intervención: “Actualmente tenemos unas 120 personas, entre grupos de intervención, INFOAR, 061, que son sanitarios, y los cuerpos de policía local de Aragón, que trabajan para dar soporte y seguridad”. El operativo combina la experiencia de diferentes organismos, incluidos bomberos y técnicos especializados, para abordar un amplio espectro de tareas.
En los últimos días, las labores se han centrado en mapear la seguridad estructural de los edificios más afectados y en la mejora del sistema de saneamiento, esencial para la recuperación de la localidad. "Estamos liberando las avenidas principales de nuestro sector para poder actuar en el casco histórico, particularmente en la plaza mayor, donde está el ayuntamiento. Esto nos permitirá intervenir en los colectores secundarios y resolver los problemas de desagües que afectan a las viviendas más bajas", afirma Serrano.
El trabajo en Catarroja ha ido cambiando en estas dos semanas que llevan allí los aragoneses, pasando de una fase inicial de retirada de escombros y limpieza masiva a una etapa más precisa y técnica. “La emergencia es muy dinámica. Empezamos con recogida de enseres, vaciado de casas, achique de garajes y retirada de vehículos. Ahora estamos liberando el saneamiento para poder baldear y limpiar las calles completamente. Es un trabajo duro, pero imprescindible para devolver una sensación de normalidad", agrega.
El esfuerzo constante ha transformado notablemente la situación en Catarroja en apenas dos semanas. Serrano, quien llegó hace seis días, destaca el progreso visible: “El cambio es brutal. Se ha pasado de una labor más global a una más quirúrgica, identificando puntos específicos de actuación. Esto nos permite trabajar con mayor precisión en las áreas más críticas”.
La intervención incluye también un componente humano esencial. Desde el principio, dos psicólogos se han integrado al equipo, ofreciendo apoyo tanto a los afectados como a los propios operarios. “La demanda de su trabajo ha crecido conforme avanza la emergencia, lo que muestra lo importante que es cuidar también el aspecto emocional”, explica.
Una emergencia en constante evolución
El futuro del dispositivo aragonés con 120 efectivos en Catarroja, dependerá de las necesidades del momento: “Como la emergencia es dinámica, nos iremos adecuando y realizando relevos según sea necesario”, indica Serrano.
Además, subraya la colaboración entre diferentes instituciones aragonesas, como las tres diputaciones, el Ayuntamiento de Huesca y los cuerpos de policía local, quienes trabajan de manera conjunta para garantizar la eficacia de la respuesta.
Aunque queda mucho por hacer, el avance logrado en Catarroja ofrece una esperanza tangible para una comunidad que comienza a levantarse de las aguas y limpiarse el barro.