El Gobierno de Aragón insta a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a autorizar "inmediatamente" a los ayuntamientos de la ribera que quieran limpiar los cauces de sus ríos dentro de sus términos municipales. Las trágicas consecuencias de la DANA en Valencia han vuelto a reabrir un debate que, en Aragón, vuelve a ponerse de actualidad tras cada riada.
El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, ha pedido al organismo que o bien autorice expresamente a los municipios o resuelva los expedientes mediante silencio administrativo positivo y "sin más pegas". También cree que la Confederación debería limpiar aquellos tramos que sean de su competencia.
La sensación de los alcaldes ribereños es que el Ebro provoca cada vez más daños con avenidas de menor caudal por la suciedad acumulada en el cauce. Esto se ha visto claramente en las últimas avenidas y amenaza la seguridad de los municipios de producirse riadas de mayores dimensiones.
Consciente de los problemas que pueden representar las crecidas a futuro en un escenario de cambio climático, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha pedido al Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska un simulacro de emergencia nacional que tenga al Ebro como protagonista. También que se fomente la limpieza de montes y ríos y se terminen las infraestructuras hidráulicas pendientes.
Blasco contestó así ayer al portavoz de Vox, Alejandro Nolasco, que reclamó en las Cortes de Aragón un plan "sistemático y urgente" que vaya más allá de las "actuaciones aisladas". "Hay presas que están salvando pueblos enteros", dijo. El diputado también advirtió de la "fuerza" que adquiere el agua por el arrastre de sedimentos: "Ni milongas del cambio climático ni leches. Lluvias torrenciales ha habido siempre y siempre se han limpiado los cauces de los ríos cuando hay construcciones humanas cerca".
Más allá de la petición a la CHE, Blasco recalcó que el Gobierno aragonés "lleva actuando desde hace tiempo", con independencia de la DANA, en varios frentes. El primero sería el plan de reforestación, con acciones "en los montes que se quemaron en las proximidades de Calatayud".
Además, se está redactando el proyecto para prevenir inundaciones en el barranco de Las Torcas y se ha encargado un estudio a la Universidad de Zaragoza para conocer los depósitos existentes en el Ebro y saber de una forma "más científica" dónde y cómo actuar. A esto se une el proyecto Ebro Resilience, impulsado con la Unión Europea y el Gobierno de España, y los diques previstos en Canfranc para evitar los efectos de las avenidas.
Por otra parte, el pasado 28 de octubre, el Gobierno aragonés aprobó ayudas a 15 municipios por un total de 400.000 euros para acometer actuaciones preventivas y evitar inundaciones. La medida, que bebe de las experiencias piloto que se hicieron la legislatura pasada en puntos como Pradilla, beneficiará en esta ocasión a Alcalá de Ebro, Boquiñeni, Pradilla de Ebro, Alba, Uncastillo, Villanúa, Sobradiel, Villanueva de Huerva, Villafranca del Campo, Velilla de Ebro, El Burgo de Ebro, Pina de Ebro, Aliaga, Teruel y Biescas.
La idea es aumentar la seguridad de la población que vive en estas zonas y reducir los riesgos y la vulnerabilidad de sus municipios. A este respecto, Blasco aseguró que desde la DGA se va a seguir ayudando a estos ayuntamientos, ya que, muchas veces, carecen de medios humanos y materiales para acometer las labores de limpieza.