El acompañamiento psicológico para una víctima de violencia de género se convierte en un aliado indispensable para poder salir de aquella vorágine de maltrato en la que se ha estado sumida, en muchos casos, durante años.
La lucha de estas víctimas no es solo sobrevivir día a día sino también saber continuar su vida una vez que se sale de aquella situación. Por ello, el primer encuentro entre psicóloga y víctima es tan importante. "Vienen con mucho miedo, no saben muy bien cómo enfrentarse a esa situación y andan un poco perdidas", matiza Cristina Valdres, psicóloga del Grupo de Igualdad de Género del Colegio Profesional de Psicología de Aragón.
Sin embargo, hay veces que se da el paso de iniciar ese acompañamiento psicológico sin haber sido conscientes de lo que realmente han pasado: "Ellas creen que han estado durante mucho tiempo sin darle demasiada importancia porque las sumen en un círculo del maltrato", señala.
Este círculo del maltrato explica que comienza con pequeñas cosas, algo de control o celos. La tensión va poco a poco hasta que llega una explosión que puede ser desde una bronca hasta una agresión física. Después de ello, se manifiesta una necesidad de dejarlo por parte de la víctima, pero el agresor muestra arrepentimiento. Desde esta primera señal, se adentran en una luna de miel donde el maltratador la comienza a tratar bien, pero eso se acaba después de un tiempo y la escala de violencia no frena.
"Las agresiones físicas se ven, se perciben, pero la violencia psicológica no y pueden tardar incluso meses superarla"
Por ello, hay que estar atentas a esas primeras señales: "Hay que enseñar que esos primeros síntomas no son buenos porque se puede creer que no es tanto pero al final termina siéndolo", recalca.
Las huellas psicológicas que este círculo del maltrato deja pueden a llegar a ser más persistentes que incluso las físicas. "Se quedan mucho más arraigadas porque son muy difíciles de superarlas. Las agresiones físicas se ven, se perciben, pero la violencia psicológica no y pueden tardar incluso meses superarla", detalla esta psicóloga especialista.
Estas vivencias en muchas ocasiones se manifiestan a largo plazo en trastoro de estrés postraumático: "Reviven muchas veces todas esas situaciones de las que han sido parte", explica Cristina.
El maltrato del que han sido víctimas puede suponer un hándicap para un buen funcionamiento en relaciones futuras y repetir patrones que se han creído superados. "Se pueden volver a repetir los mismos esquemas e incluso sufrir trastornos sexuales", señala.
El volver a caer en este tipo de relaciones también puede ir de la mano a veces el encontrarse sola en el camino de la recuperación al no conocer otras formas de apego. Por ello, el apoyo social y familiar coge tanta importancia: "Influye mucho el apoyo que puedan tener, no es lo mismo una persona que tiene un acompañamiento que en un momento dado la puede ayudar a personas que tienen otra visión", detalla esta psicóloga.
Aunque cada víctima pasa por sus fases, hay algunos sentimientos que quedan arraigados en muchas de ellas: "Tienen ese sentimiento de culpabilidad por haber denunciado o no, tienen esos sentimiento ambivalentes", refleja Cristina. Esto puede traer consecuencias: "Pueden incluso volver con el maltratador, seguir quedando con él porque crean una dependencia con el maltratador", explica.