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Los cotillones masivos de Nochevieja dejan de ser la regla número uno y dan paso a otras formas de dar la bienvenida al nuevo año. Cada vez son más los grupos de amigos que dejan de lado las aglomeraciones para hacer de una manera más intiman y a su manera esta celebración. 

El turismo de casa rural en Aragón no pierde fuelle y es una tradición que viene desde hace años, pero que ahora pisa con más fuerza: "La gente se dedica y tiene interés desde los años 90, es algo de toda la vida", señala Jesús Marco, director de la Asociación Aragonesa de Turismo Rural (Faratur).

Así, las zonas del Pirineo oscense más próximas a las estaciones de esquí y Gúdar-Javalambre en Teruel rozan el lleno en estas fechas específicas de la Navidad. A días de que se acerque la fecha de que comiencen los días festivos, la ocupación del turismo rural se encuentra al 75%. Sin embargo, se espera que esté "entre el 85 y 90%": "La fecha de Nochevieja y la Semana Santa son las temporadas más altas del año para nosotros", recalca Marco. 

De año en año 

La gran demanda que viene generándose por estos hospedajes hace que la gente se adelante para no correr el riesgo de no quedarse sin sitio por lo que son muchos los que desde verano ya reservan. Sin embargo, otros son aún más previsores: "Los grupos grandes que ya han estado en un sitio un año, reservan de un año para otro", explica Marco. 

Este caso es el de Eva Cubría junto a su familia y amigos de la familia. Este grupo numeroso de 25 personas desde hace más de diez años no pierden la oportunidad y una vez finaliza su estancia reservan para acabar el año juntos dentro de 365 días. "Comenzaron la tradición nuestros padres con sus amigos cuando empezaron a tener hijos y no hemos dejado de hacerlo desde entonces", señala esta joven de Zaragoza.

Así, han visto como de año en año se iba aumentado los miembros de las cinco familias hasta completar un grupo numeroso que ha hecho esta su tradición particular para acabar y empezar el año juntos. Tal acogida ha tenido por parte de todo, que los más jóvenes no se han planteado nunca dejar a un lado esta tradición por pasar la Nochevieja en un cotillón: "Es una manera diferente, estamos en familia y con amigos, todo en uno", recalca. 

Diferente es el caso de las casas rurales más pequeñas, las cuales parece que se resisten a llenarse, pero desde Faratur no dudan que terminarán colgando el cartel de ocupado. "La gente lo suele dejar para el último momento si son poca gente para poder cuadrar bien las fechas", explica su director Jesús Marco. 

La DANA, un obstáculo 

Las grandes riadas siguen causando estragos y también ha tenido ciertas consecuencias en el turismo rural. Según señalan desde Faratur, eran muchos los valencianos y de la costa mediterránea los que eligen Teruel como su destino para finalizar el año y con la DANA ha habido "muchas cancelaciones": "Este año el perfil de la zona de Albarracín ha cambiado por las anulaciones, son más la gente de Castilla lo que está viniendo", explica Marco. 

No son las únicas comunidades que ponen el ojo en Aragón para pasar estos días. "Viene gente de Madrid, Barcelona, viene de todas partes porque son varios días que se pueden aprovechar y no tienen problemas para desplazarse", señala.